Pero el apego, no es solamente a personas, objetos o a cosas, es también a pensamientos, ideas, estados de ánimo, hábitos y costumbres, a un trabajo, a espacios físicos...
Y al fin, el significado que tiene todo ello, es que las personas viven atadas a un pasado, apegadas a todo lo que van pensando, sintiendo, haciendo y teniendo en la vida, sin dejar entrar aire nuevo.
Es como si a la persona le llegara la oxidación, un estado de pudredumbre por el estancamiento. Y en realidad no hay nada tan difícil como tratar de encajar "el pasado" en un "presente". Les produce problemas en todas las direcciones. Lo que hay ahora es el presente, el pasado ya no está.
Y esto le cuesta mucho entenderlo a algunas personas...!
Esas son las razones principales del desapego, la gran necesidad de renovación. Vivir el presente con seguridad.
Dar el paso de romper amarras y dejar el sentimiento de conexión por vivencias del pasado. Soltar la vinculación obsesiva.
Y ahora sirva la era de la tecnología como gran lección, cada poco tiempo llegan las actualizaciones del sistema. En cuanto transcurre un corto periodo de tiempo, la informática queda limitada para poder procesar tantos elementos novedosos que surgen cada día. Es la metáfora de la vida.
O se instalan las actualizaciones, o el sistema ya es antiguo, y no es resolutivo para vivir el presente.
Por eso el desapego significa amplitud y flexibilidad, multiplicar todas las posibilidades, despedirse de la cerrazón y la rigidez, y sabiendo utilizar el potencial que se va expandiendo cada día.
Creciendo en autoestima y seguridad se va consiguiendo trabajar en el desapego, superando los obstáculos vinculantes al pasado fantasmagórico y creando el nuevo amanecer.