Las parejas a veces permiten que su situación se deteriore, y alcance niveles de conflicto considerables. Sin embargo en la base de la relación, aún permanece el amor.
Son personas que se quieren y que tienen muchos aspectos que les unen, aunque en la superficie haya roces y conflictos.
El estrés y otras dificultades de la vida, han contaminado todo y el nivel de toxicidad de su contexto vital, todo lo está envenenado, gritos, insultos, echarse en cara, contradicciones...
En situaciones así, cuando no está todo terminado y alguno de los dos da el paso y solicita terapia psicológica, se abre una puerta de salida.
Y comienza la comunicación y la organización de la pareja a diferentes niveles, se va apartando la tormenta y las nubes, y el horizonte vuelve a despejarse.
En estos casos les van surgiendo de nuevo motivos y energía para darse otra oportunidad, y descubrir que su amor continúa.
La vida vuelve, ambos generan sus energías más reparadoras, y después de un tiempo reconocen que tenían que haberse puesto antes a solucionar.
El sufrimiento inútil a nadie le gusta.
La clave principal, llegar a tiempo, es la mejor forma de reconducirlo.