En las parejas, con el paso de la vida y las experiencias variopintas que se presentan, hay veces que va existiendo un balance entre los acontecimientos más bellos y otros que lo son menos y que sí pueden afrontar con facilidad.
Y en función de su personalidad y expectativas, unas parejas van manteniendo más su equilibrio amoroso.
Sin embargo en otras parejas, cuando la erosión ha llegado a extremos y las fracturas han aumentado, puede ser imposible volver a recuperar el equilibrio.
Incluso se esfuerzan y ponen lo mejor de sí para superarlo y evolucionar, sin embargo cuando caén las ilusiones y mueren las expectativas de volver a ser felices, nada será lo mismo para ambos.
Por ello, cuando se ha luchado y se esfuerzan y la realidad para ellos ha perdido todo su interés, puede ser una salida terminar la relación.
Eso lo han pensado muchas parejas que se han separado, y así han conseguido que florezca de nuevo el amor en sus vidas.