Y aquí es donde la mente tiene que jugar con las armas poderosas de la reflexión:
-Cómo no lo he visto antes...
-Me ha estado engañando...?
-Cuanto tiempo...?
-Y con quién...?
-Yo no merezco esto...!
-Aposté con todo mi ser y no ha valido para nada...
-Y así un día y otro cargándose de reflexiones mientras brotan lágrimas...
Es el proceso de duelo, la forma de exteriorizar el dolor, y dónde se comienzan a producir las transformaciones y la maduración del sujeto.
La persona aprende a conocer más profundamente...a otras personas, y sobre todo a no confiar tanto, a no implicar todo su ser, a desarrollar un grado de desconfianza inteligente...
Aprender a compartir los sentimientos...sabiendo un poco más sobre la otra persona..., eso interesa..., descubrir si el amor es recíproco...y sobre todo desarrollar la INTELIGENCIA EMOCIONAL... para captar cómo se siente la otra persona en esta relación...