Continuando con los trastornos de ansiedad, el TOC, trastorno obsesivo compulsivo, conlleva una grave sintomatología para el sujeto.
Tiene constantes dudas, la necesidad de comprobar una y otra vez todo lo que hacen, con muchos miedos.
Sirvan como ejemplos, el hecho de tener que volver a casa para ver si cerraron la puerta, si apagaron las luces del coche, si dejaron la cocina encendida, si dejaron la llave de la casa puesta...
Cuando van a hacer algo, en cualquier actividad diaria, se crean patrones de rutinas interminables, sintiendo la necesidad irrefrenable, ya que si no lo hacen será mucho peor para ellos, se sentirían fatal. Al menos así lo sienten.
Como ejemplo, antes del desayuno, primero tienen que colocar este florero, o encender una vela, o recoger tal objeto, o tocar las esquinas de la mesa... y en algunas personas se convierte en un patrón de gestos inútiles tan largo, que finalmente les queda muy poco tiempo para solucionar el tema principal.
Tienen dificultades para concentrarse y su mente se va volviendo improductiva. Los pensamientos se les imponen y viven sometidos, les cuesta canalizar sus ideas para lo que necesitan resolver en ese momento.
Desarrollan costumbres extremas en sus hábitos de higiene, teniendo fobias y obsesiones ante los posibles contagios. LLegando a desarrollar patrones de limpieza rígidos, de los cuales se vuelven esclavos, teniéndole que dedicar mucho tiempo cada día, y transformando las rutinas cotidianas en un trabajo interminable.
Las parejas en estos casos, también lo sufren y tienen dificultades de comunicación, es muy difícil razonar con una persona con TOC.
Por ello es urgente el tratamiento, antes de que todo se complique más.