Algunas veces se ha calificado a la soledad como algo dañino y penoso, y es cierto que la soledad impuesta cuando no se sabe cómo organizar, para muchos se transforma en una carga que les produce angustia.
Y la soledad no es un enemigo íntimo, es la idea que se tiene de ella, o cómo se gestiona.
Pasar unos tiempos a solas permiten desarrollar diversas actividades para aprender, pensar, relajarse y meditar, ocio, hacer deporte...
Y así lo que cada uno prefiera según el momento de su vida.
Los que vienen creyendo que tienen que actuar para evitar estar solos y así aceptan condiciones de vida que les perjudican, están en una trampa que les conviene aprender a superar.
El miedo a la soledad puede convertirse en una cárcel para ellos, y así parece que algunos sujetos salen lanzados a la vida con su ansiedad de separación para "agarrarse a un árbol ardiendo".
Las personas que viven con gente tóxica como maltratadores, misógenos, acosadores... y otras personas muy desequilibradas, aunque sean conscientes de esos problemas, siguen ahí por no estar solos.
Interesa aplicar cada uno su inteligencia para sacarle partido. Es necesario que la soledad sea aprovechada, que sea un tiempo para invertir en crecer, en cultivar la salud y disfrutar de un tiempo de ocio.
De esta forma la soledad, se convierte en la mejor amiga...