lunes, 16 de septiembre de 2013

SEX AND HEALTH


La sexualidad es un integrante principal del ser, por algo está ahí,  la gente que lo niegue intenta apartar algo central de la persona, tal vez porque no hayan evolucionado en ello, o hayan tenido problemas y lo deseen anular, o porque entre otros, tengan algunos trastornos psicológicos que interfieran en esta función de la sexualidad y no hayan podido superar, en todo caso, respeto para los múltiples planteamientos que puedan existir, en espera de que a su vez comprendan que la ciencia de la psicología lo confirma, y aunque ya se sabía, la práctica de la sexualidad es salud. Otra cosa es que no se pueda acceder a ello o no se tenga con quién. 

Cada vez más investigaciones hallan los múltiples beneficios que la práctica aporta a la salud general del individuo y de la pareja. La relación íntima es una forma especial de comunicación entre dos personas que se aman. En momentos difíciles de la vida, en los que la pareja tiene que afrontar diversas situaciones problemáticas, la práctica de la sexualidad es como una recarga de energía, contribuye con el placer, y la sensación de ser querido y valorado ayuda a la asimilación de eventos vitales y a relativizar y desdramatizar los disgustos. 

Funciona como antidepresivo, relajante muscular y de las articulaciones, a su vez libera rigideces y tensiones, activa la circulación y el cerebro estimula la producción de sustancias benefactoras para todo el cuerpo. Incrementa el potencial del sistema de defensas, y a su vez se producen también sustancias analgésicas. Entre otros hallazgos, se sabe que elegido como actividad de deseo, no imposición, estimula toda la percepción, con todos los sentidos, también la capacidad para afrontar dificultades y sentirse más claro y más fuerte para elegir y decidir. 

Otro conjunto de beneficios que aporta está en la estimulación de la imaginación, inventiva y creatividad, ya que con la práctica sexual, despierta todo el potencial de fantasía. Libera la mente de emociones, sentimientos y sensaciones negativas, depura y equilibra el bajo estado de ánimo o del mal humor. El sentirse atraído también ayuda a multiplicar los autocuidados e incrementar la autoestíma, trabajando en el sí mismo, cuidando más el cuerpo y la mente, alimentación, deportes, estados psicológicos,etc… Para las relaciones sociales igualmente hay una mejora en la interacción con los demás, la persona se siente más satisfecha, con una mayor paz y tranquilidad, seguridad y autoestima, se vuelve más participativa y tolerante con los demás y disminuyen sus deseos de crítica y envidia al sentirse más satisfecha en conjunto consigo misma. 

A veces la gente cuando percibe a una persona en un grupo en la cual predomina el mal humor, se la ve amargada, que le saca punta a todo, intolerante y muy crítica, se suele calificar y con razón, como una persona carente de relaciones sexuales, que vive entre otras cosas, en esa tensión de preocupación de qué hacen o no hacen los demás, como una observadora destructiva y crítica de todo y de todos. Probablemente más placer en su vida, produciría menos dolor en su entorno. 

En resumen, sí es cierto que una persona que completa su vida de responsabilidades y trabajo con el goce y la diversión, tiene otro talante y el placer del sexo cuando es deseado con sinceridad por ambos, con entrega y confianza mutua, desarrolla una gratificación personal en la pareja. Estos se sienten más unidos y emocionalmente los lazos se fortalecen sirviendo para superar las discusiones y diferencias existentes. 
En resumen es un conjunto de beneficios, principalmente favorece la metabolización de las emociones y sentimientos, incrementa la imaginación, la creatividad, la confianza en sí mismo, la capacidad de afrontamiento, desarrolla y estimula los sentidos y la percepción,  ayuda la asimilación de experiencias vitales, mejora la salud física a todos los niveles y  las relaciones familiares y sociales.