sábado, 15 de noviembre de 2014

CELOS DEL DIFUNTO / JEALOUSY OF THE DECEASED


Llamado síndrome de Rebeca, toma el nombre de la protagonista de la novela Rebeca, de Daphne Du Maurier y de la cual realizó un film Alfred Hitchcock.

Enfermedad de celos por la pareja anterior ya muerta, del amor actual. Suele instaurarse, como otras patologías de celos, en personas con baja autoestima, inseguridad, deficiente autoimagen, y de personalidad dependiente.

Consisten en un sentimiento obsesivo por celos de la anterior pareja, ya fallecida que se vuelve como una persecución en la mente del que lo sufre. Van surgiendo de las comparaciones que el amante actual tiene muy frecuentemente en su mente y creyendo que nunca será para él, o ella, todo lo que representó el fallecido.

De tal forma que el celoso se tortura pensando tanto en las excelencias del difunto a la hora de hacer el amor, cómo sería de seductor, lo inteligente que era, el bienestar que proporcionaba a la pareja... y así su mente va día a día acumulando tanta angustia.

Con frecuencia gusta de investigar en el pasado, estudiando objetos, hablando con amigos de su pareja actual y que conocieron al difunto para obtener información, y si tiene la oportunidad de dialogar con familiares también.

Es como si se volviera un espía para recabar todo tipo de informaciones de la pareja que falleció. Necesita saber todo y controlarlo todo. Y gradualmente se va volviendo insoportable para el otro.

Exige a la pareja actual que le diga y le manifieste un amor superior, que le jure que nunca le quiso tanto como a él o ella le ama ahora... Y esas vivencias con tanta ansiedad y angustia, acaban afectando a la pareja.

Se despliega una situación esquizofrénica, por una lado desea que se extingan los recuerdos en la memoria de su pareja, y que no piense en absoluto en el muerto, y por otro imposible evitar recordarle y exigirle que le cuente todo, al detalle, cómo fue.

En el fondo la persona que sufre el síndrome de Rebeca, tiene mucho miedo a ser abandonado, a no gustar, a no ser querido. Por ello necesita atención constante y confirmaciones frecuentes de que la pareja le ama, le quiere más que al otro. (SIGUE...)