Los sujetos que sufren este trastorno de la alimentación, tienen la irresistible necesidad de estar comiendo todo el día, o lamiendo algo. No siempre son sustancias tóxicas como dicen los manuales. Pueden estar masticando tapas de boli, chicles, pequeños plásticos, y que luego escupen, el caso es tener algo en la boca. Y hay que diferenciar si la persona es disminuída psíquica que en ese caso sí se llevaría a la boca todo lo que encuentra, aunque sea tóxico.
Cuando es más grave sí pueden comer papeles, esquinas de objetos o de cajas, gomas de borrar, tierra, cáscaras de frutos secos...
Y otras veces son personas que están tratando de mantener una dieta para adelgazar y cuando les acucia la ansiedad pican de todos los alimentos que encuentran en casa.
A veces a los poquitos, están comiendo todo el día, sintiendo gran incomodidad y arrepentimiento a continuación. Es cierto que otras veces necesitan seguir comiendo cada media hora y llevarse un algo a la boca. Estos casos se presentan cuando no toman la suficiente cantidad a las horas de comida, en las que han pinchado muy poca cantidad, y el hambre sigue.
Esta sensación de tener la boca ocupada, metafóricamente parece como el bebé que tiene siempre el chupete puesto. Un comportamiento regresivo y que conlleva otras alteraciones psicológicas.
Por ello se convierte la pica, en un síntoma y es lo que conviene tratar en consulta, los factores causales. Y a la vez ayudarle a que reorganice la conducta de alimentación. Puede llevar a enfermedades digestivas graves, ya que el estómago no descansa al estar continuamente interrumpiendo la digestión.
Los problemas psicológicos más comunes que acompañan a la pica, es la ansiedad, depresión, angustia, fobias, estrés, con una importante inseguridad y falta de confianza. Además de otras patologías graves como la psicosis, la esquizofrenia, y casos de personas disminuídas psíquicas.