Las personas que han desarrollado vínculos afectivos saludables, disfrutan de una importante fortaleza, con ellos se les desarrolla el amor y el potencial para amar.
Y esa dimensión de la personalidad, forma parte integral de la persona, se aprenden y desarrollan en la infancia y van a influir a lo largo de su trayectoria vital.
Es el amor y la capacidad de amar, lo que a las personas les vuelve más humanos y les transforma:
-Saber amar e ir creciendo y desarrollándose en ello.
-Le permite a la gente relacionarse mejor con los demás, y en consecuencia tener vidas más felices, con más calidad y más satisfactorias.
-Las personas que saben amar, consiguen relaciones íntimas que les facilitan el sentirse más cómodos y mucho más seguros en la vida.
-La gente que tiene la fortaleza del amor, consigue sentirse realizada más plenamente.
Sí importa y mucho, que los padres estén pendientes y se responsabilicen para que sus hijos aprendan a tener vínculos afectivos sanos.
Y es probable que influya en las relaciones de pareja, y las relaciones de amor. Cuando los vínculos afectivos son más sanos, la elección de pareja será más acertada y cuando sean problemáticos, es fácil que las relaciones no duren mucho y anden errantes por la vida buscando amores...