Forma parte de los trastornos alimentarios. Y con frecuencia desarrollan un cuadro psicopatológico obsesivo-compulsivo.
Las personas que lo sufren tienen una obsesión con su cuerpo, con una imagen de sí mismos demasiado frágil y débil, dismorfofobia, o también suele ser frecuente que tengan la imagen mental de muy obesos y por ello, en ambos casos, sienten la necesidad de delinear más su musculatura.
Su enfermedad les obliga a dar prioridad en su vida al deporte y horas de entrenamiento para sus músculos, incluso relegando a un segundo plano o abandonando el trabajo para poder ir al gimnasio.
Con frecuencia se van aislando en su mundo y abandonando las relaciones sociales y familiares.
En esta enfermedad lo anterior, se ha llegado a convertir en tal obsesión, que acaban poniendo en ello los motivos principales de su existencia.
Sus
obsesiones alimenticias les llevan a una ingesta muy desequilibrada entre
suplementos de proteinas, anabólicos, esteroides, carbohidratos, todo con el fin de
aumentar los músculos, y modificar su estructura corporal.
Su autoestima, confianza y seguridad en sí mismos está alterada.
Las personas de su entorno pueden ayudar para que soliciten terapia psicológica,es la mejor vía para salir del problema.