Cuando las personas sufren de fobias y ansiedad, de angustia,de estrés y otras muchas patologías, tienen que contar en la terapia psicológica propuesta, con ejercicios también para esta zona del organismo llamada segundo cerebro, la zona del abdomen e intestino.
El segundo cerebro, situado por y en la zona gastrointestinal, contiene, por lo que se conoce hasta hoy, unos cien millones de neuronas, en él se encuentran los mismos neurotransmisores que en el cerebro (de la parte del cráneo) y según descubrimientos, hay que considerar que en el sistema digestivo se produce 50% de la dopamina del cuerpo y el 95% de la serotonina, sustancias esenciales que interactúan con otras para el bienestar conjunto.
Hoy se sabe que estos estados disfuncionales y de psicopatología, ansiedad, depresión, hiperactividad, estrés, y otra serie de emociones muy negativas, están intrínsecamente relacionadas con la salud intestinal, respiratoria, postural, además de múltiples interacciones con el resto. Por todo ello hoy se sabe que todos , o la mayoría de los estados de enfermedad mental, tienen también que ver con esto.
Como sugerencia conviene informarse de todos estos hallazgos puesto que también influye en la forma de estar, sentir, estar, y comportarse, aunque uno no esté enfermo.
Por otro lado se sabe que la mayoría de las personas solo utilizan un 30% de su potencial pulmonar, con lo cual la zona de abdomen a veces está muy bloqueada, y más cuando hay miedo, angustia, estrés. Por ello recomiendan acostumbrarse a una respiración profunda, diafragmática que sirve internamente para desbloquear toda la zona y con ello masajear los órganos internos y así tener una sensación de seguridad, plenitud y sobre todo relajación.
Es una forma de intervenir en ese complejo entramado llamado segundo cerebro y que ayuda a liberar parte de fobias, temores, ansiedades, angustia, depresión, estrés, junto al resto de acciones terapeúticas. De ahí que en estos casos, la respiración profunda se convierte en un esencial aliado que también forma parte del conjunto de terapia a aplicar en estos tipos de pacientes.
El segundo cerebro, situado por y en la zona gastrointestinal, contiene, por lo que se conoce hasta hoy, unos cien millones de neuronas, en él se encuentran los mismos neurotransmisores que en el cerebro (de la parte del cráneo) y según descubrimientos, hay que considerar que en el sistema digestivo se produce 50% de la dopamina del cuerpo y el 95% de la serotonina, sustancias esenciales que interactúan con otras para el bienestar conjunto.
Hoy se sabe que estos estados disfuncionales y de psicopatología, ansiedad, depresión, hiperactividad, estrés, y otra serie de emociones muy negativas, están intrínsecamente relacionadas con la salud intestinal, respiratoria, postural, además de múltiples interacciones con el resto. Por todo ello hoy se sabe que todos , o la mayoría de los estados de enfermedad mental, tienen también que ver con esto.
Como sugerencia conviene informarse de todos estos hallazgos puesto que también influye en la forma de estar, sentir, estar, y comportarse, aunque uno no esté enfermo.
Por otro lado se sabe que la mayoría de las personas solo utilizan un 30% de su potencial pulmonar, con lo cual la zona de abdomen a veces está muy bloqueada, y más cuando hay miedo, angustia, estrés. Por ello recomiendan acostumbrarse a una respiración profunda, diafragmática que sirve internamente para desbloquear toda la zona y con ello masajear los órganos internos y así tener una sensación de seguridad, plenitud y sobre todo relajación.
Es una forma de intervenir en ese complejo entramado llamado segundo cerebro y que ayuda a liberar parte de fobias, temores, ansiedades, angustia, depresión, estrés, junto al resto de acciones terapeúticas. De ahí que en estos casos, la respiración profunda se convierte en un esencial aliado que también forma parte del conjunto de terapia a aplicar en estos tipos de pacientes.