No me puedes ver, tienes la mente muy ocupada en tu "sí mismo", la tienes fijada en tus experiencias pasadas, desde las cuales interpretas las mías, aunque no tengan nada que ver.
Estás posicionado desde la personalidad con la que fuiste creciendo y que desarrollaste y me ves con tu propio color de cristal. Esa no soy yo.
Me miras desde tus creencias, tu configuración de la vida, lo que elaboraste desde tus puntos de vista y con ellos no puedes captar ni comprehender, ni entender los míos.
Tienes tus expectativas de la vida, que te permiten no escuchar y sí atropellar las mías, pero en todo caso no entender las mías.
Crees que mi mundo es el tuyo y desde ahí me juzgas y analizas. De verdad estás convencido de que yo he nacido para tenerte a ti como mi centro del mundo?. De verdad piensas que o soy como tu esperas que sea o ya soy rara y despreciable?.
Es que estás convencido de que tú eres mi sistema métrico decimal. Pues no, yo nací para ser como yo pueda y desee ser, nací con mis grados de libertad y con referencia a mí misma, y conmigo llevo las semillas y el potencial para ser "yo misma".
Por no ser como tu esperas, yo no soy rara, ni estoy loca ni tengo porqué ser igual que tú.
Tu puedes decir si te gusto o no, no estás obligado a permanecer a mí lado, y yo tampoco al tuyo. Tu piensa que puedes tener muchas opciones y buscarte a personas con las que sintonices más. Pero yo no soy mala por ser yo misma, ni estoy equivocada por ello, ni soy torpe, ni loca. Y así sucesivamente.....
Esta es la situación de muchas personas que se encontraron un día y pretendían ser pareja, al menos por parte de una de ellas. Y día a día se fue descubriendo como era imposible llegar a convivir. Ya que para un componente de la misma, con la mente centrada en su pasado y con los esquemas muy rígidos estaba sufriendo ceguera hacia su presente. Ceguera para ver que la persona que tenía a su lado era diferente, con sus propias vivencias, experiencias, configuración de su vida y su mundo y sus propios fines y metas.
Y por ello ni era rara, ni estaba equivocada ni loca. Cada persona con sus peculiaridades nació para ser lo mejor de sí misma y conseguir lo mejor de su singularidad. Al ritmo que la vida y ella misma puedan ir fluyendo. Nadie está en el planeta para ser a la medida del "otro".
En estas situaciones de pareja sí conviene que la persona que "no ve", vaya liberando sus cargas, su pesada mochila del pasado y organizando su mente hacia el aquí y el ahora y así con el horizonte despejado, sabrá apreciar con todo su alcance y singularidad a la persona que tiene ante sí. Sin atropellar¡
Estás posicionado desde la personalidad con la que fuiste creciendo y que desarrollaste y me ves con tu propio color de cristal. Esa no soy yo.
Me miras desde tus creencias, tu configuración de la vida, lo que elaboraste desde tus puntos de vista y con ellos no puedes captar ni comprehender, ni entender los míos.
Tienes tus expectativas de la vida, que te permiten no escuchar y sí atropellar las mías, pero en todo caso no entender las mías.
Crees que mi mundo es el tuyo y desde ahí me juzgas y analizas. De verdad estás convencido de que yo he nacido para tenerte a ti como mi centro del mundo?. De verdad piensas que o soy como tu esperas que sea o ya soy rara y despreciable?.
Es que estás convencido de que tú eres mi sistema métrico decimal. Pues no, yo nací para ser como yo pueda y desee ser, nací con mis grados de libertad y con referencia a mí misma, y conmigo llevo las semillas y el potencial para ser "yo misma".
Por no ser como tu esperas, yo no soy rara, ni estoy loca ni tengo porqué ser igual que tú.
Tu puedes decir si te gusto o no, no estás obligado a permanecer a mí lado, y yo tampoco al tuyo. Tu piensa que puedes tener muchas opciones y buscarte a personas con las que sintonices más. Pero yo no soy mala por ser yo misma, ni estoy equivocada por ello, ni soy torpe, ni loca. Y así sucesivamente.....
Esta es la situación de muchas personas que se encontraron un día y pretendían ser pareja, al menos por parte de una de ellas. Y día a día se fue descubriendo como era imposible llegar a convivir. Ya que para un componente de la misma, con la mente centrada en su pasado y con los esquemas muy rígidos estaba sufriendo ceguera hacia su presente. Ceguera para ver que la persona que tenía a su lado era diferente, con sus propias vivencias, experiencias, configuración de su vida y su mundo y sus propios fines y metas.
Y por ello ni era rara, ni estaba equivocada ni loca. Cada persona con sus peculiaridades nació para ser lo mejor de sí misma y conseguir lo mejor de su singularidad. Al ritmo que la vida y ella misma puedan ir fluyendo. Nadie está en el planeta para ser a la medida del "otro".
En estas situaciones de pareja sí conviene que la persona que "no ve", vaya liberando sus cargas, su pesada mochila del pasado y organizando su mente hacia el aquí y el ahora y así con el horizonte despejado, sabrá apreciar con todo su alcance y singularidad a la persona que tiene ante sí. Sin atropellar¡