sábado, 26 de octubre de 2013

ANGER / IRA


La rabia, la ira, es una emoción destructiva que acompaña a un gran enfado, con sentimientos de indignación, furia e impotencia. El pensamiento se constriñe y pierde su amplitud, los ritmos mentales se alteran y se agolpan unas pocas ideas drásticas. En los sentimientos aflora un deseo de venganza y frustración. 

Ello alimentado por la sensación de injusticia ante una situación en la que no ha podido decidir, o ha recibido un trato injusto, con falta de respeto, o violento. Y en el organismo lo que desencadena esta emoción de rabia ira es una aceleración cardíaca, alteraciones en el optimo funcionamiento del corazón, disfunciones en la estabilidad hepática, problemas de garganta, tirones, esguinces, etc... 


A largo plazo puede tener consecuencias desastrosas en cuanto a enfermedades para la persona que lo padece, además interfiere de tal forma en las vidas que las personas que lo sufren acaban tomando decisiones equivocadas, por decirlo así, atropellan su vida cargándola de problemas, sufren de todo tipo de alteraciones cognitivas, de atención, conductuales y desorganización de los sentimientos. 


Por otro lado las personas que llevan dentro la ira y la rabia son muy impulsivas y se enfadan por cualquier detalle sin importancia, y suelen estar enrabietados con todo, con el futbol, la política, la economía y se hartan de juzgar a todos y a todo. Como si todo el mundo tuviera que pagar la rabia que llevan dentro. También es fácil que sufran accidentes, traumatismos y comportamientos autodestructivos, alcoholismo, drogadicciones y en conjunto desestructura las vidas.


Para dirigir y manejar estas emociones, lo primero que hace falta es identificar cual son las personas, hechos o situaciones que la provocan. Aprender a establecer una dirección en la vida para anticipar posibles acontecimientos problemáticos. Desarrollar la capacidad de afrontamiento, procurar no ponerse a la altura de la persona o personas que hayan intentado agredir, también, elevarse en algún nivel de abstracción para no permanecer en el mismo nivel en el que se ha recibido la información o el hecho que ha causado la rabia, y poderlo analizar con un mayor horizonte.

Respirar varias veces profundamente reteniendo el aire lo máximo posible, y expulsarlo con lentitud. Si el hecho puede ser contado y se tiene la persona apropiada, se puede decir y así exteriorizar el enfado. Si no se tiene nadie apropiado para manifestarlo, cuidado, no se cuente a alguien que no convenga y luego se cree algún problema añadido. 


En conjunto la ira y la rabia son emociones altamente destructivas para la mente, el cuerpo, las relaciones y la vida. Atención. Hay muchísima gente que además de haber sufrido el hecho en sí productor de esa rabia, o los hechos, si no la metaboliza adecuadamente, acaba volviéndose como dinamita que les explota en el conjunto de sus vidas.