Las personas que usan este tipo de mecanismo de defensa, "negación", suelen actuar negando todo lo que tenga que ver con lo que les produzca el conflicto. Se enfrentan a ello con evasivas, no querer saber, y quitan a los hechos toda su importancia, minimizando el conflicto y mirando hacia otro lado.
En realidad la persona no desea analizar, ni pensar en ello, ni tratar de entender las situaciones que la vida le ha traído, dolorosas, o problemáticas y complicadas.
En la mayoría de los casos por miedo, lo apartan ya que su "yo", se siente desbordado y creen que no pueden con tanta angustia o preocupación. Van pasando por encima de esas realidades y evadiéndose todo lo que pueden, hasta que llegado un momento, en función de cómo sean los problemas, les desbordan. En otras ocasiones, es la vida la que se les impone y no les queda más remedio que quizás sufrir el problema multiplicado, mucho más enquistado, complejo y difícil de resolver.
A veces se observa en los problemas de pareja que cuando uno no desea mirar hacia lo que le está pareciendo un posible problema, quizás cuando lo vaya a atender porque no haya más remedio, sea ya demasiado tarde.
Y en cuestiones de enfermedades ocurre parecido, la gente deja pasar un día y otro, hasta que se agrava y lo que no quiso atender y poner remedio a tiempo, ahora quizás es demasiado tarde.
Los procesos mentales de negación suponen un grave problema para el sujeto, ya que el no querer resolver, el no atreverse a mirarlo siquiera, se transforma en una situación, a veces, muy dramática, tanto en el trabajo, amores y relaciones, familia, salud y en las enfermedades psíquicas, lo mismo. Cualquier psicopatología tratada cuanto antes, menos ha dañado al ser en su conjunto y más fácil resolver.