Las facetas personales
básicas para poder compartir mejor las relaciones, precisamente no dependen de
la edad, de la postura, de la ingesta de sustancias o del 90-60-90.
Existen otros factores de la personalidad que se convierten en componentes muy atractivos cuando llegan los momentos de intimidad y relaciones sexuales. Entre los más poderosos a la hora de compartir placer, están los siguientes, en función de cada pareja, sí es evidente que pueden ser generalizables.
Autoconciencia
o autoconocimiento emocional: es fundamental reconocer los propios sentimientos
y emociones para comprenderse mejor a uno mismo y poder tener mejor manejo
sobre ellos, sobre la propia vida y sobre las relaciones personales y sociales.
Las personas que poseen una elevada consciencia emocional, están en contacto
con sus señales interiores y reconocen el modo en que sus sentimientos les
afectan y acaban influyendo en su comportamiento. Con ello pueden ver la imagen
global de una determinada situación compleja e intuir así el curso de acción
más adecuado. Pueden ser personas más auténticas, compartir abiertamente sus
emociones y con ello conseguir relaciones humanas y de pareja de mayor calidad. Es condición previa para empatizar con los deseos y anhelos del otro, si uno no conoce ni sus propios deseos, ni lo suyo propio, tendrá muchas dificultades para interpretar las señales, sugerencias y necesidades de la pareja.
Autocontrol
emocional: es la capacidad de controlar los sentimientos y/o emociones
adecuándolos a las circunstancias y desarrollando mayor sensibilidad en el
trato con “el otro”, sabiendo gestionar y encauzar adecuadamente sus emociones
e impulsos perturbadores. Ello proporciona serenidad y lucidez para afrontar
una situación estresante y permite permanecer imperturbable ante situaciones
críticas. En los momentos de intimidad y fogosidad sexualidad, no puede ocurrir (que a veces desgraciadamente pasa), que una palabra, un gesto o una interpretación inadecuada, arruine una bonita velada. Con más control de las emociones se da prioridad a la situación para que sea exitosa y no se deja uno llevar por los impulsos, al fin se estropea todo, y a veces no hay una segunda oportunidad.
Automotivación:
todos pueden aprender a tener un pensamiento positivo. Manejar las emociones y
subordinarlas a un objetivo a corto, medio o largo plazo, es una clave para
mantener la atención, la motivación, la iniciativa y la creatividad en la
pareja. Las personas optimistas saben afrontar las circunstancias adversas,
considerándolas como oportunidades. Observa los aspectos positivos de la pareja
y espera lo mejor. Consideran positivos los cambios que les depara el destino. Cuando una persona carece de positividad tiene un extraordinario poder para gafar circunstancias y placeres. Lo fastidia con frases destructivas y lo que estaba siendo placentero acaba terminando mal. Si realmente se desea que la relación intima sea gratificante para los dos y se cultive el placer, bienestar y la excitación para satisfacer a ambos, allí sobra lo negativo y el pesimismo... es totalmente contrario a la vida y sobre todo al placer... (SIGUE...)