Entre los beneficios del masaje sexual destacan:
La persona consigue integrar y unificar los aspectos de su mente con el cuerpo.
Acrecienta las sensaciones corporales e interviene en los estados de conciencia alterándolos, y con la práctica habitual, le permite a la gente aprender a controlar el placer en las relaciones íntimas.
Este control otorga a las personas la facultad de prolongar los momentos de éxtasis y así sentir con más profundidad y amplitud y darle más placer a su pareja.
También proporciona a los que lo practican regularmente, sentir la totalidad y la unidad al compartir su amor.
Al fin, es un proceso de aprendizaje y el sujeto cuando va adquiriendo el dominio, va gestionando mejor el control.
Desplazarse y avanzar más allá del plano físico, le lleva tanto a la pareja como a uno mismo, a una sensación de plenitud. Esto se puede explicar como una unión con el espíritu de ambos, que sienten simultáneamente y consiguen fundir sus almas.
Navegando por estos mares, se consigue transformar las energías sexuales y podrán ser aplicadas de forma espiritual por ambos.
Es el momento de sentir la esencia transformadora.
Al fin las prácticas sexuales del masaje sexual, (entre ellas, las taoístas), van acercando al sujeto a unas destrezas y un dominio que conecta la energía sexual más "en bruto", con la desenvoltura que da la práctica, en una circulación corporal óptima, hasta su estado espiritual.