(Por encargo de una víctima, entre tantas que existen, de la sobreprotección materna).
!...Madre...no me has dejado vivir. Siempre has pensado por mí, te has anticipado a mis ritmos, me has impuesto tus modos y tus elecciones.
Siempre has valorado tus decisiones por encima de las mías, nunca me has escuchado.
Por qué siempre... me has dicho todo lo que tenía que hacer, cómo me tenía que sentar, comer, estudiar, vestirme, cortarme el pelo...
Y sobre los amigos siempre tenías que imponer tus juicios y tus criticas...
Sí, todo esto tal vez siempre con buena intención, pero has ido contra mi vida. Me has impedido la vida. Mis pensamientos eran incorrectos o inapropiados para ti, los ponías pegas, todo lo mío estaba mal.
Me has impedido decidir y en consecuencia aprender de mis propios errores, hasta tal punto me has impuesto la vida, que me has bloqueado en mi desarrollo como persona, me has interferido en los aprendizajes, y con ello, experimentar, vivir, crecer, madurar.
Una madre dá vida, tu me la has robado, sí, la que por ley natural me pertenecía.
Hasta con 17 años, cada día me decías lo que tenía que meter en mi mochila e incluso con 27, cuando viajaba me decías lo que tenía que llevar en la maleta.
Y así para todo lo demás, me has hartado, me tienes saturad@, te odio, me has reducido, empequeñecid@. Qué horror...
Y te parece extraño que en varias ocasiones haya intentado suicidarme...
Tenía que liberarme, liberarme de ti... Aunque no te dieras cuenta... No me has escuchado, te dije en muchas ocasiones que me hicieras caso, que tenía derecho a mis propios puntos de vista...y para ti, siempre, lo que yo propusiera, iba a salir todo mal.
Si antes me hubiera atrevido a oponerme a ti, a discrepar, a conseguir hacer lo que me diera la gana, no hubiera llegado a estar tan enferm@...
Y pensar que todo lo hacía por no perder tu amor, tu cariño y ahora comprendo que no valía mucho, que tu amor de madre estaba envenenado.
Una madre da alas...
Una madre confía que su hij@ será capaz...
Una madre respeta sus decisiones...
Una madre escucha...
Una madre valora las preferencias del hijo sobre las suyas...
Una madre, con amor de madre, "sabe" que su hijo tiene que elegir...decidir...y atenerse a las consecuencias. Aprender de sus decisiones...si se equivoca, aprende...
Y sobre todo el amor de calidad de una madre, tiene que ver con permitir a sus hij@s vivir sus vidas... Y no imponerles la suya...
Y ahora, cuando estoy empezando a superar mi enfermedad mental, soy consciente de tantos errores que tuviste conmigo, y del gran miedo que conseguiste manipular en mi... Me inculcaste el pavor... De que si no cumplía tus "mandatos"... Me abandonarías...
Me hiciste caer en la manipulación más ruín que una madre puede imponer a su hij@...
Ahora ya es demasiado tarde...
Ahora ya .... He conseguido tener mi vida...y mi felicidad...
Y por cierto...tu no estas en ella...!