Las personas siempre necesitan ser respetadas, y sobre todo cuando se esfuerzan y se deciden a mejorar.
Desde la observación de "otros", puede generar su iniciativa diferentes análisis, juicios, e incluso a veces irritación a sus conocidos.
Y precisamente esa fuerza que le ha surgido, es la energía de la vida. Por ello ni siquiera importa si está lejos o cerca de su meta, lo más central e importante de todo es que desea y necesita el cambio, la circulación, y en realidad ya está en el camino.
A veces la gente tiene muchas experiencias que afrontar, situaciones y desafíos que superar. Los encuentros con el camino, no siempre son consecuencia de la rutina e inercia, la mayoría de las veces ocurren, después de las crisis personales, o algún sufrimiento.
Y ese es el regalo del dolor, o de las crisis, precisamente porque en sí tienen la semilla del cambio y la necesidad del encuentro con su esencia, fluir, es la clave...