La depresión es un desastre de vida. La gente no la elige, la sufre directamente.
A veces se ve venir y la persona va entrando en una dinámica oscura, con sensación de falta de energía, desmotivación tristeza y apatía. Se está instalando gradualmente en su vida.
Cuando se dan cuenta a tiempo y deciden solucionar, todo les resultará más fácil. Antes de que se apropie de sus vidas.
Y la situación es seria, tanto que si viven en pareja, puede que esa depresión comience a complicar mucho las vidas de ambos.
En estos casos la pareja vivirá las repercusiones.
Puede ocurrir que de forma inconsciente, la pareja que vive con esa persona depresiva, esté percibiendo en el otr@ unas actitudes negativas, se vuelve más susceptible y/o con irritabilidad, impulsividad, agresividad, además de enfados y bloqueos.
Y con importantes variaciones en el estado de ánimo.
Incluso a veces la persona deprimida, anula todas las propuestas que el otr@ sugiere. Critica y juzga las iniciativas, y no se siente a gusto en ningún momento y en ninguna parte.
Este estado tan negativo suele llevar a la pareja a una cierta frustración y sensación de impotencia. Ya no sabe por dónde ir, ni qué proponer, cuando en tantas ocasiones, lo suyo, ha sido saboteado.
Es la pareja la que empieza a sentir, a veces, que algo no va bien. Que ha dejado de motivar al otro, de gustarle, de interesarle...
Y ahora a continuación piensa que ya no es querid@, ni valorado, que el amor murió.
Al fin lo que en un principio era una depresión, gradualmente ha ido empapándolo todo, esa nube gris se instaló en esas vidas y lo cubre todo.
Se ha ido convirtiendo en un problema de pareja. Y ahora incluso pueden estar hablando de darse un tiempo, de separase, de no sentirse querid@s...
A veces se ve venir y la persona va entrando en una dinámica oscura, con sensación de falta de energía, desmotivación tristeza y apatía. Se está instalando gradualmente en su vida.
Cuando se dan cuenta a tiempo y deciden solucionar, todo les resultará más fácil. Antes de que se apropie de sus vidas.
Y la situación es seria, tanto que si viven en pareja, puede que esa depresión comience a complicar mucho las vidas de ambos.
En estos casos la pareja vivirá las repercusiones.
Puede ocurrir que de forma inconsciente, la pareja que vive con esa persona depresiva, esté percibiendo en el otr@ unas actitudes negativas, se vuelve más susceptible y/o con irritabilidad, impulsividad, agresividad, además de enfados y bloqueos.
Y con importantes variaciones en el estado de ánimo.
Incluso a veces la persona deprimida, anula todas las propuestas que el otr@ sugiere. Critica y juzga las iniciativas, y no se siente a gusto en ningún momento y en ninguna parte.
Este estado tan negativo suele llevar a la pareja a una cierta frustración y sensación de impotencia. Ya no sabe por dónde ir, ni qué proponer, cuando en tantas ocasiones, lo suyo, ha sido saboteado.
Es la pareja la que empieza a sentir, a veces, que algo no va bien. Que ha dejado de motivar al otro, de gustarle, de interesarle...
Y ahora a continuación piensa que ya no es querid@, ni valorado, que el amor murió.
Al fin lo que en un principio era una depresión, gradualmente ha ido empapándolo todo, esa nube gris se instaló en esas vidas y lo cubre todo.
Se ha ido convirtiendo en un problema de pareja. Y ahora incluso pueden estar hablando de darse un tiempo, de separase, de no sentirse querid@s...