En muchas personas funciona como un temor principal. Siempre pendientes de la opinión de los demás, y dándole mucho valor, como si los demás fueran lo central en sus vidas.
Esa gente aprisionada, antes de actuar piensa y analiza siempre qué pensarán lo demás, dejando de hacer lo que realmente deseaba.
Y esto toma fuerza de tal manera que los juicios de los demás les anulan su esencia, su propio yo. Cuanto más asfixia se permitan, más ansiedad, angustia, depresión, preocupación...fobias sociales, paranoias...
Superarlo es más fácil de lo que parece, siguiendo unas líneas de actuación mantenidas:
-Primero pensar que esforzarse por caerle bien a todos, es un error básico, incluso es probable que sea una consecuencia de utilizar poco la inteligencia. Ya que se demuestra que como las personas son diferentes, siempre habrá unas preferencias y sintonías. Mientras otros sujetos van a pasar ante ellos de forma inadvertida e incluso con aversión.
-Partiendo de esa realidad, los esfuerzos se vuelven improductivos y la gente puede sentirse finalmente hundidos y con baja autoestima por tratar de gustarle a todos, una sobrecarga y estrés muy perjudiciales.
-Otra reflexión es que el esfuerzo continuado en unos objetivos imposibles, frustra y lleva a generar mucha rabia, y a la gente le hace sentir fatal.
-Y conviene pensar entonces..., tanto esfuerzo... para qué...?
-También es necesario tener en cuenta que la gente vive como mejor puede, y en algunas dimensiones lo harán mejor y en otros aspectos no tanto, nadie es perfect@, y sería triste que ante unos juicios externos, unas palabras críticas, la gente sufriera...
-Permitirse el desarrollo y crecimiento de la propia seguridad y autoestima, y desde un nivel de madurez y autovaloración, ignorar los juicios ajenos y no dar espacio a palabras de crítica, muchas veces provenientes de la envidia.
-Lo más inteligente es diseñar un proyecto en el que se vaya reestructurando la propia vida con un equilibrio, gustos y actividades que satisfagan los propios criterios y preferencias, siendo respetuosos con los demás.
-Crearse uno la mejor vida que pueda y/o que sepa y vaya desarrollando, marcándose los objetivos que anhele y otorgando prioridad a sus valores y pasiones.
-Darle mucha importancia a lo que digan otros, implica una pérdida de tiempo y desgaste de neuronas. Mejor aplicarlo a la propia vida y seguro que así se consiguen mejores rendimientos. Al menos se trabaja en lo propio y no se dilapidan esfuerzos...
Esa gente aprisionada, antes de actuar piensa y analiza siempre qué pensarán lo demás, dejando de hacer lo que realmente deseaba.
Y esto toma fuerza de tal manera que los juicios de los demás les anulan su esencia, su propio yo. Cuanto más asfixia se permitan, más ansiedad, angustia, depresión, preocupación...fobias sociales, paranoias...
Superarlo es más fácil de lo que parece, siguiendo unas líneas de actuación mantenidas:
-Primero pensar que esforzarse por caerle bien a todos, es un error básico, incluso es probable que sea una consecuencia de utilizar poco la inteligencia. Ya que se demuestra que como las personas son diferentes, siempre habrá unas preferencias y sintonías. Mientras otros sujetos van a pasar ante ellos de forma inadvertida e incluso con aversión.
-Partiendo de esa realidad, los esfuerzos se vuelven improductivos y la gente puede sentirse finalmente hundidos y con baja autoestima por tratar de gustarle a todos, una sobrecarga y estrés muy perjudiciales.
-Otra reflexión es que el esfuerzo continuado en unos objetivos imposibles, frustra y lleva a generar mucha rabia, y a la gente le hace sentir fatal.
-Y conviene pensar entonces..., tanto esfuerzo... para qué...?
-También es necesario tener en cuenta que la gente vive como mejor puede, y en algunas dimensiones lo harán mejor y en otros aspectos no tanto, nadie es perfect@, y sería triste que ante unos juicios externos, unas palabras críticas, la gente sufriera...
-Permitirse el desarrollo y crecimiento de la propia seguridad y autoestima, y desde un nivel de madurez y autovaloración, ignorar los juicios ajenos y no dar espacio a palabras de crítica, muchas veces provenientes de la envidia.
-Lo más inteligente es diseñar un proyecto en el que se vaya reestructurando la propia vida con un equilibrio, gustos y actividades que satisfagan los propios criterios y preferencias, siendo respetuosos con los demás.
-Crearse uno la mejor vida que pueda y/o que sepa y vaya desarrollando, marcándose los objetivos que anhele y otorgando prioridad a sus valores y pasiones.
-Darle mucha importancia a lo que digan otros, implica una pérdida de tiempo y desgaste de neuronas. Mejor aplicarlo a la propia vida y seguro que así se consiguen mejores rendimientos. Al menos se trabaja en lo propio y no se dilapidan esfuerzos...