A veces la gente se lleva sorpresas.
En algunas relaciones parece que todo va bien y ambos están contentos, sin embargo cuando ocurren discusiones, imprevistos, o alguna circunstancia desagradable, parece que todo se vuelve un volcán.
Cuando hay amor y las personas son más maduras y evolucionadas, analizan la situación y ambos trabajan pensando en ello para solucionarlo.
No se amargan acusando al otro, o yendo contra el otro miembro de la pareja, ni haciéndolo sentir culpable, más bien se centran en soluciones y tratan de aportar ideas.
Si se desea tener un conocimiento más profundo y consistente de la persona con la que uno se va a comprometer, es preferible que antes compruebe y esté antent@ para identificar más allá de la máscara, cómo es esa persona.
Dicen que cuando uno se enfada, es cuando fluye en su vida lo que realmente es:
Según cómo se porte, cómo gestione su enfado, qué organización y manejo tiene de sus emociones, el enojo, la rabia, la cólera..., así sabrás si merece la pena que comprometas tu vida con esa persona o, prefieres seguir tu camino...