Tienes tantas expectativas sobre la pareja, que has perdido el sentido de realidad. Tus desilusiones aumentan.
Con esas tendencias perfeccionistas que tienes, y el miedo por la responsabilidad de una sociedad competitiva te influyen negativamente.
Puedes revisar los valores de pareja, ya que lo que tú prefieras no tiene por qué sintonizar con un determinado nivel.
Gente que a veces pone a las personas en un pedestal, se lleva importantes decepciones. Nadie es perfecto.
Y quién sabe, tal vez en las parejas sea preferible aprender a cuidarse, a complacerse, a vivir colaborando, a sentir el amor...
Puesto que en muchas ocasiones pretender parejas extraordinarias -si es que existen-, esconde inseguridades, temores, desconfianzas.
Es como si necesitaras que alguien completara tus fragilidades...
Y si piensas en qué puedes ofrecer tú a la pareja, y así de paso además de hacer tu propio regalo, creces y evolucionas...?