Las personas a veces se adaptan a una vida agradable, satisfactoria, siendo felices a su manera en el día a día, incluso llegan a temer que viviendo en pareja pueden perder esos privilegios.
Y así desarrollan mayores exigencias y altas expectativas en la gente que van conociendo, de tal forma que nadie es la pareja esperada.
En una sociedad competitiva y exigente, después de tanto esfuerzo, cuando la persona logra un equilibrio tiene miedo de perderlo puesto que el compartir la vida con la pareja, le resta dedicación a la suya.
También teme que encontrar a una persona puede tener sus complicaciones, de tal forma que no sea lo que parece ser o surjan sorpresas que le hagan perder la estabilidad emocional.
Es lógico pensar así en los casos dónde hayan existido anteriores fracasos.
La libertad e independencia son valores humanos muy apreciados y en ciertos casos la posibilidad de tener pareja se asocia con falta de libertad y de control, por ello siendo precavidos, deciden permanecer así...
Será que aún no llegó la persona oportuna...?
Dicen que cuando el amor llega, trastoca las vidas, y nada de lo que estaba programado funciona...!