Esta presión, desestabiliza a la persona, exigiéndola un sobreesfuerzo continuado y con ello agotando su salud, y sus recursos psicológicos, hasta que la enfermedad llega.
Los hechos (a veces también los positivos pueden alterar el equilibrio de la persona), o desgracias que causan el estrés tienen la característica de ser imprevistos, con lo cual el golpe es más fuerte, o también puede ocurrir que aunque se veían venir, no se les pudo hacer frente; en otras ocasiones pueden estar fuera del control de la persona o no.
Pero el factor más fuerte que determina el grado de estrés, y con ello de daño y sufrimiento, es “el significado que da el sujeto a la situación” (Lazarus, 1991).
El tipo de verbalizaciones resumen que la persona con estrés expresa es un: “voy corriendo a todas partes, para no llegar a ningún sitio”, o “veo que la vida pasa y yo no estoy en ella”, u otras “la vida se me va de las manos”, “vivo en una espiral fuera de control” …etc.
A estas situaciones de estrés se le puede aplicar la frase aquella de “vivo sin vivir en mi……” . Esta presión que la situación ejerce sobre la persona, está modulada en función de los recursos autopercibidos, tanto psicológicos, como del entorno.
Las creencias que el sujeto posee en relación a la eficacia para solucionarlo, y a su dominio del entorno y la situación, son determinantes para afrontarlo (Bandura, 1977, 1997); componentes del sujeto como la positividad y el optimismo (Scheier y Carver, 1987) han demostrado ser claves para superar situaciones esencialmente duras en la vida.
Para el estrés crónico se puede afirmar que es una enfermedad tan devastadora porque la persona se va habituando y parece que la vida se le impone, su mente se va limitando, su perspectiva global se va acortando y poco a poco pierde el control, la consciencia de su vida, su horizonte y las consecuencias de todo ello. Sufre una ceguera psicológica impidiéndole ser consciente del sí mismo, del entorno, de las relaciones.
En el caso del estrés agudo, el drama ha sido tan fuerte que existen posibilidades de que la persona quede bastante tocada por un tiempo prolongado. En todo caso para las víctimas es urgente solucionar esta enfermedad, el estrés, puesto que las consecuencias afectan a todo el conjunto de la vida de las personas: enfermedades, puede afectar a cualquier parte del cuerpo, a veces de forma irreversible, incluso tiene enorme potencial para desarrollar cánceres; además afecta a la psique, reduciendo el potencial de productividad de la persona a todos los niveles, comprensión, inteligencia, memoria, creatividad y capacidad para resolver problemas; interfiere en los procesos de aprendizaje, dificultando los estudios y llevando a la repetición de curso o abandono de los mismos.
Altera los procesos emocionales y afectivos, produciendo crisis de angustia, de ansiedad, fobias, depresiones, anorexia, bulimia; interfiere en las relaciones de pareja, destruyendo las relaciones íntimas, la comunicación, la sexualidad, el bienestar, la paz; en el ámbito familiar alterando las relaciones con los hijos, llegando a las separaciones y divorcios; interfiere en las relaciones sociales creando múltiples problemáticas; y en la vida laboral actúa generando múltiples desastres en relaciones y en la economía.
Y a su vez el potencial de destructividad que genera el estrés, causa múltiples accidentes, a veces mortales, acoso psicológico, violencia doméstica, entre otros graves problemas. El abuso del alcohol y las drogas también está muy presente.