La Dependencia se relaciona con debilidad, pasividad, inmadurez. Muchos autores insisten en la distinción entre dependencia normal, apropiada a las circunstancias y la patológica. El ser humano por ser social, es dependiente porque es algo imprescindible y útil.
Pertenece a grupos sociales establecidos como el familiar, laboral, de aficiones y amistades, al vivir en sociedad está imbricado en ello. Los especialistas definen la dependencia, como una actitud y una forma de ser y de estar que conlleva un tono peyorativo. Aplicado a un adulto es sinónimo de inmadurez, incapacidad de resolver problemas propios de la edad. En psicología se concibe un concepto de dependencia muy cercano al de inmadurez, lo cual significa que en la medida en que seas independiente serás maduro y autónomo.
Se requieren tres tipos de independencia para ser maduro, como la independencia moral, con criterios personales como guía de conducta, a diferencia de lo aprendido y “obedecido”; la social y emocional que implica no ser demasiado dependiente del cariño de los demás, quedando influenciados por las actitudes que los demás tengan hacia uno, y la independencia económica, o sea, ganarse uno el dinero que necesita para vivir. Saber buscarse la vida.
Los problemas gravísimos que crea la dependencia están en relación con dificultades para desarrollar el propio yo y con ello el potencial humano correspodiente; se mantienen relaciones con personas dañinas y perjudiciales, como las relaciones sado-masoquistas; se permanece en trabajos donde uno ya ha tocado techo y no da el paso hacia adelante para evolucionar y ascender, limitándose las posibilidades de evolución; tener grupos de amigos de niveles inferiores de evolución, cultura, desarrollo humano, valores, etc., y permanecer estancados, siendo conscientes de que ello está perjudicando.
La dependencia esté asociada a numerosos trastornos como la depresión, están muy relacionadas, en función de los casos, una será la causa de la otra, probablemente la dependencia es la que se origina antes; en la fobia a la escuela, en niños muy dependientes se da pánico al momento de separación de la madre para ir a clase; la agorafobia, personas que dependen de los demás para salir a la calle; en el alcoholismo, es un síntoma común, los enfermos alcohólicos tienen una personalidad muy dependiente, así como las personalidades adictas a sustancias son también muy dependientes.
La característica esencial de este trastorno es una necesidad general y excesiva de que se ocupen de uno, lo cual ocasiona un comportamiento de sumisión y adhesión, además de temores de separación. Los comportamientos dependientes y sumisos están destinados a provocar atenciones y surgen de una percepción de uno mismo como incapaz de funcionar adecuadamente sin la ayuda de los demás. Estos individuos tienden a ser pasivos y a permitir que los demás (frecuentemente una única persona) tomen las iniciativas y asuman la responsabilidad en las principales parcelas de su vida. Suelen tener dificultades para expresar el desacuerdo con los demás, sobre todo de aquéllos de quienes dependen, porque tienen miedo a perder su apoyo y aprobación y a quedarse solos. Por ello casi nunca muestran enfado. A estos individuos les es muy difícil iniciar proyectos porque les falta confianza y seguridad en sí mismos. Están dispuestos a someterse a lo que los demás quieran aunque las demandas sean irrazonables, por ello a veces sus relaciones suelen ser desequilibradas. Cuando termina una relación importante (pareja, muerte de la madre...) buscan urgentemente otra relación que les proporcione el cuidado y el apoyo que necesitan. Son síntomas que en pequeña medida serían normales. Los sujetos con trastorno de la personalidad por dependencia suelen ser muy pesimistas e inseguros, tienden a minimizar sus capacidades y sus valores. Toman las críticas y la desaprobación como pruebas de su inutilidad. Buscan ser dominados por los demás. Evitan posiciones laborales de responsabilidad y experimentan mucha ansiedad a la hora de tomar una decisión. Normalmente solo se relacionan con las personas a las que va dirigida su dependencia.
Para algunas teorías, la dependencia es el resultado de la supergratificación del niño, o de todo lo contrario, de una gran frustración por un cambio brusco en la infancia como la pérdida de la madre o un ser querido muy cercano. Esto genera una incapacidad de resolver problemas propios de la edad. Otras teorías afirman que la superprotección paternal predice la dependencia en la adolescencia, y que el autoritarismo hace que desarrolle obediencia, al ser los padres quienes deciden por ellos, anulando su propia individualidad, no permitiendo que vayan experimentando gradualmente sus propias decisiones y con ello sus errores, en consecuencia también serán dependientes. En función de cada caso, también hay que ser cauto con exigir al niño conductas independientes no propias de su edad y para las cuales no está preparado porque provocaría un descenso de su autoestima, complejo de inferioridad y por tanto búsqueda de apoyo (dependencia).