El acoso por las redes sociales e internet, lo ha sufrido aproximadamente un 20 % de los niños y jóvenes que circulan por las tecnologías. Las prohibiciones en estos casos son poco eficaces, usan lo de los amigos. Lo esencial es educarles e informarles y enseñarles para que se puedan manejar con seguridad. Una importante ley que hay que enseñarles es la privacidad, lo cual implica una protección frente al descabello de terceros. Por otro lado es necesario que se aparte de esquemas de fanáticos, religión, política, deportes, o cualquier otra cuestión extrema. Y sobre todo ayudarle a generar una confianza para que ante algo insólito o novedoso que le ocurra pueda contarlo a los padres antes de que se complique la situación.
Igualmente hay que anticiparle de posibles humillaciones, desprecios, insultos, amenazas, fotografías íntimas que puedan colgar los acosadores, rumores, duplicaciones de su perfil, falsearlo... Muy urgente también anticipar al hijo de posibles ofrecimientos de regalos, y que evite quedar en alguna cita con gente que conozca sólo de la red, tener presente que las mafias de compraventa de órganos y explotación sexual, también están al acecho. O cuidado también con gente que se haga pasar como posible compañero y sea un pederasta. Cuanto antes se le informé de todo, mejor.
Entre otros, los síntomas que puede presentar el hijo víctima del ciberbullying, son, insomnio, falta de apetito, ausencias, expresión triste y apagada, como desvitalizado, ausente, cansado, disminución del rendimiento académico, silencios...(intervenir cuanto antes, es lo más recomendado por los progenitores, para anticipar el total derrumbamiento, y hasta en lo posible, evitar el suicidio).
Detectado el acoso, cuanto antes guardar todas las pruebas, informar a los administradores del sitio web, a los directores del centro educativo y a la policía. Y al menor o joven dirigirlo hacia una Terapia Psicológica para que pueda expresar su angustia y canalizar de nuevo su vida.