EL exhibicionismo, pertenece al grupo de parafilias, como el fetichismo, pedofilia,
masoquismo, voyeurismo, frotteurismo, etc… y no tienen como fin llegar al
orgasmo con esos comportamientos sexuales, aunque también es frecuente que
aunque en el inicio no era un propósito, a veces llegan.
En una investigación
de la universidad de Princeton, una de las fantasías sexuales más frecuentes
tanto en hombres como en mujeres, es imaginarse mostrando sus genitales y
excitando a los observadores, el exhibicionismo.
Se considera enfermedad cuando
la persona tiene fantasías sexuales muy excitantes y repetitivas, cuando llega
a necesitar mostrar sus genitales a los demás y cuando todo ello le produce un
estado importante de malestar y desasosiego, incluso con el riesgo de llegar a
tener problemas con la ley.
Todo su estado de desestabilización le puede llevar
a complicaciones en el trabajo, con la pareja, la familia y los amigos. Su principal
necesidad es que para la persona exhibicionista, se obsesiona y se le impone mostrar sus zonas
corporales íntimas, u órganos sexuales a
la gente. En realidad lo que pretenden con ello también, es lograr que el
observador a su vez se excite. Suelen hacerlo ante desconocidos, intenta que
todo ocurra por sorpresa y que el otro se sienta forzado a verle los genitales.
Mentalmente se imagina la situación por anticipado. Finalmente consiguen el
orgasmo masturbándose.
A veces cuando esta parafilia la comparten en pareja, necesitan
realizar los encuentros sexuales en situaciones donde sea fácil verles o por
donde pase público, ello les produce una intensa descarga de adrenalina y
dopamina, entre otras sustancias y les sirve para excitarse más y aumentar el
placer del orgasmo, siendo conscientes de que a su vez están excitando a otros.
Aunque al principio pueda parecer excitante y divertido, sí puede convertirse
en un problema legal si es en lugares de vías públicas o la gente que se atreve
a practicar sexo en cualquier sitio donde pueda ser denunciado, y esta vez por
sorpresa para ellos. Algunos buscan balcones, cerca de lugares donde circula
gente, por el campo, jardines, playas, en servicios públicos, coches, etc… Desde
otro punto de vista, practica también el exhibicionismo, quien tiene la
tendencia a exhibirse en público, posicionándose como modelo o con otros
comportamientos que llamen la atención.
Actualmente en internet hay muchas
páginas donde pueden colgar fotos mostrando órganos genitales y/o vídeos
sexuales masturbándose o en actitud erótica. Y otra acepción del término
exhibicionismo se relación con las personas que van continuamente contando su
vida y sus intimidades a mucha gente, necesitan sentirse importantes,
escuchados y admirados, a veces lo peor es que no sólo cuentan lo suyo, sino lo
de todas las personas que interactúan con ellos y han compartido historias.
En
estos casos de exponer todos sus sentimientos, vivencias y las de otros, les
lleva con frecuencia a exagerar lo que vivieron, vieron u oyeron, para así
buscar más el asombro del que escucha y el agradecimiento por todos los
secretos que le está contando. Incluso a veces inventan y exageran por el puro
placer de sentirse muy importantes y porque conocen intimidades de otros que
muchas veces no son más que chismes que llevan y traen.
En otras ocasiones el exhibicionismo
implica el intento de impresionar con sus posesiones, bienes, encantos, con el
fin de ser reconocidos y admirados, a diferencia de los que lo usan por su
utilidad y funcionalidad práctica.
En el perfil del exhibicionista, predomina
la escasa confianza en sí mismos y baja autoestima, infantilismo y fragilidad
psicológica, y necesitan compensarlo con la ilusoria admiración de un “otro”. En general los deseos de exhibición se
relacionan con la satisfacción de unas necesidades como ser querido, amado,
apreciado, en conjunto búsqueda de afecto.