En la adicción al trabajo se aprecian unas características comunes para la mayoría de sujetos.
Suelen dedicar todo el día, y fines de semana al trabajo, enfadándose con ellos mismos y casi con las personas que les apartan o distancian de su dedicación, como familia y gente cercana.
En esta época histórica algunos, el tener trabajo lo viven como un privilegio social, por ello es como un factor más de valoración. Los motivos que llevan a la gente a desarrollar una adicción al trabajo son múltiples, por ejemplo. A unos les encanta el dinero que ganan porque les permite comprar o tener objetos de deseo. Otros porque les permite aumentar la calidad de vida de su familia... cada persona es un mundo y cada sujeto adicto al trabajo también.
Pero una característica esencial, de un determinado grupo de adictos al trabajo, es la satisfacción que obtienen por ello. Puede que exista esa motivación intrínseca, que para ellos es como una aficción, un juego en el que se pasan tantas horas entretenidos, que fluyen el "flow", de Csikszentmihalyi. Son personas que mientras trabajan pierden la concepción del tiempo y el espacio, están creando, es su pasión y se funden con la actividad. A este grupo no sería del todo correcto llamarles adictos al trabajo, ya que son personas entretenidas y por así decirlo, jugando con su pasión favorita.
La diferencia con los que sobrepasan los límites de la adicción, sería que para estos el trabajo es un refugio, donde van aplicando sus horas y les sirve como evasión de sus otros problemas, depresión, culpas, ansiedades, preocupaciones. Sería una implicación tal, que abandonan las otras múltiples facetas inherentes a su vida.
Nunca calculan el tiempo aproximado, se sobrepasan y exceden, quedan con alguien y no llegan a la cita. A la familia le dicen que el asunto se complicó y llegan a casa tarde.
Los fines de semana, o bien llevan trabajo para hacer, o están deseando que llegue el lunes para continuar. Les sientan mal.
Cualquier actividad que les separe de sus rutinas laborales, las odian, reuniones familiares, deporte, salidas amigos, viajes.
Otras veces trabajan más porque se han acostumbrado a ser como víctimas sumisas y como si la vida no tuviera parte de ocio, lúdica. En algunas personas no han desarrollado el "yo", siento, pienso, deseo, elijo, planifico, etc... y viven como si fueran unos mandados de no se sabe quién o qué, o más bien de las personas que tienen cerca y les aplauden su voluntariedad y sumisión. Estos son muy diferentes de los del fluir en los cuales el "yo", si está desarrollado y han elegido hacer en la vida lo que les place y les da la gana.
También es cierto que ese ritmo constante, produce una adicción por las endorfinas, un tipo de opiáceos naturales que se producen en el cerebro, como le ocurre a la gente del estrés. La tensión laboral prolongada, les estimula estas sustancias y al fin funciona también como una adicción a una sustancia gratificante natural, y que está ausente cuando se distancian del trabajo y se relajan. Por ello también su irritabilidad.
Y además hay gente que trabaja muchas horas por los compromisos de compras, deudas y gastos familiares que han contraído. Y puro compromiso, tienen que hacerle frente.
Cada persona en función de su circunstancia, que elija, si su vida es para la valoración externa, poseer, deslumbrar, competir, o realmente decide crear su propio espacio de satisfacciones, con sus preferencias personales y su organización de los tiempos, con un equilibrio para todo.
Cuando la persona sufre esa patología de adicción al trabajo, y no ve más allá, es cierto que su rendimiento y calidad baja. La mayoría de las veces necesitan terapia psicológica para mejorar en su dinámica vital, ya que ellos han perdido el control de sus vidas e incluso de sus familias, en muchos casos llegan las separaciones y divorcios.
Cuando la persona sufre esa patología de adicción al trabajo, y no ve más allá, es cierto que su rendimiento y calidad baja. La mayoría de las veces necesitan terapia psicológica para mejorar en su dinámica vital, ya que ellos han perdido el control de sus vidas e incluso de sus familias, en muchos casos llegan las separaciones y divorcios.
Al fin se demuestra cada día, que lo que provenga del afuera no da la felicidad que puede uno sentir desde su plano personal. Quién le va a decir a uno lo que personalmente le hace feliz...?