En la sexualidad y relaciones íntimas, existe algo claro. Se puede hacer el amor con la mirada, cierto. Y sobre todo con el cuerpo también. Por ello urge tenerlo en cuenta, cuidarlo:
Deporte para resistir las acciones amorosas. Generar hormonas sexuales y mantener los órganos perfectamente oxigenados.
Relax y placer, superar el estrés y la ansiedad. Tener relaciones íntimas es un proceso de cariño, afecto, amor, allí no cabe el estrés.
Nutrientes esenciales, el cerebro necesita de todos ellos para mantener mente y cuerpo en optimo funcionamiento.
Cuando surgen problemas psicológicos, mejor terapia de pareja, familiar y sexual, no esperar a que la situación deteriore las relaciones. E incluso la pareja termine.
Y siguiendo las pautas y acciones más satisfactorias, solucionar lo siguiente:
Dirigir los objetivos y metas para librarse de tóxicos. Las medicaciones lo son, por ello sólo tomarlas cuando son imprescindibles. Cuidado con los componentes alimentarios, algunos producen reacciones alérgicas o bloquean el metabolismo en algunas personas. Evitar la ingesta de drogas, tabaco, alcohol. Alimentos difíciles de digerir y comidas abundantes.
Cultivar el necesario tiempo de relax, el sueño y descanso facilitan el despertar del deseo sexual y son los grandes reparadores del sistema.
Crecer y evolucionar en la comunicación general, y especialmente en la emocional, afectiva, amorosa, erótica, sensual.
Cultivar el imaginario erótico, con visionado de películas, vídeos, y contenidos relacionados con la observación de otros. Es el aprendizaje observacional o vicario. Ello favorece la productividad de ideas y pistas para practicar y crecer en esa dimensión de la sexualidad.
Seguir aumentando la confianza en sí mismos, autoestima y seguridad, permite más satisfacciones y placer. Volcarse en la pareja y ayudarle a conseguir una comunicación más clara y favorable, y sobre todo crear y generar la intimidad y el erotismo para que fluya espontáneamente, como es en realidad y sin fantasías ni mitos que lo contaminen.