La gente suele relacionar envejecimiento con problemas mentales como falta de memoria, de claridad, agilidad, y otras complicaciones. Para retrasar estos procesos y prevenir enfermedades psiconeurológicas, conviene ejercitar una serie de ejercicios, en diferentes procesos:
Alimentación saludable y apropiada a las características de salud de cada sujeto.
Ejercicio físico.
Eliminación de tóxicos.
Y otros aspectos como mejorar las funciones cognoscitivas, reconocimiento y exteriorización de emociones, saber manejar el estrés, y disfrutar del bienestar psicológico. En resumen armonizar la mente y cuerpo, y todo el ser neuro-bio-psico-social-espiritual.
Evitar exceso de exposición a sucesos tóxicos, como dramas y noticias desagradables. Distanciarse de personas tóxicas.
Leer contenidos de autoayuda y materiales de desarrollo personal.
Superar el estrés, considerado uno de los problemas importantes para el envejecimiento prematuro (entre otros), será una responsabilidad prioritaria para alcanzar más bienestar, y practicar lo más posible:
Relajación progresiva, con ello se controla la tensión y se manejan mejor las emociones.
Meditación. Junto a la relajación, facilita el mantenimiento de la memoria a corto plazo.
Estímulos nuevos diariamente. Recorrer espacios nuevos, música diferente, personas diferentes, actividades distintas, alimentos variados.
Nuevos aprendizajes, y si son de otras lenguas también es de gran valor. Contenidos que potencien la lógica, y los aspectos verbales y de imaginación. Actividades que desarrollen la percepción y los sentidos.
Desarrollo de la imaginación y la creatividad.
Escuchar música, contemplar arte, cuadros, fotografía, naturaleza, ejecutarlo si se tiene alguna afición.
Practicar la espiritualidad.