Una cierta desconfianza, es adaptativa en la vida, una forma de ser y de estar con las alertas puestas, es una manera de protegerse. Es obvio.
Lo que ya se convierte en una situación más negativa, es cuando la persona se pasa a otros extremos y sufre desconfiando de todo y teniendo que controlar todo.
El vivir diario se convierte para ella en un estrés, que le producirá ansiedad y angustia.
Tal vez, cuando era pequeñ@, esta persona sintió que no cumplían con las promesas, sus seres queridos, sus adultos. Y así llegó a generar sentimientos de "no merecer".
El pequeño, lo vive como una traición, que se convertirá en desconfianza hacia las personas y la vida, se sentirá de menos y otros sentimientos también negativos se apoderarán de él.
Al sentirse de menos, es fácil que aflore la envidia.
Las claves para mejorar en ese carácter fuerte, entre otros aspectos particulares de cada persona, son:
-Aprender a vivir los momentos de soledad, cultivar el "estar solo" para interiorizar y trabajar en su interior.
-Desarrollar la empatía, capacidad para ponerse en el lugar de los demás.
-Mayor comprensión de los demás.
-Aprender a saber delegar en los demás, y no cargar siempre con toda la responsabilidad con el fin de llevarlo todo controlado.
-Tolerancia, para aceptar otras formas de vida, las diferencias entre los seres humanos, y la multiplicidad de situaciones.
-Flexibilidad para entender y comprender la diversidad de contextos y situaciones, para lo que a veces tiene demasiada rigidez mental.
-Ir gradualmente desarrollando la paciencia, y confiando en otros después de analizar a las personas y hacer su propia selección.
-Y así sucesivamente comprobando que sí, hay muchas personas que se merecen su confianza, como él mismo la recibe de otros.