La Violencia Doméstica y de Genero es la asignatura
pendiente en la era actual. Con frecuencia, ocurren muertes violentas que
acaban con la vida de personas inocentes.
Y parece que la sociedad, aún no ha
establecido un proceso de medidas y prevención apropiado a la altura de la
gravedad del problema. Por los hechos, como el último de María Isabel Fuentes
Fernández, esta sociedad urgentemente,
necesita revisar los protocolos generados hasta el momento.
Tal vez conviene
cuanto antes que ya en el Sistema Educativo, y de una forma pedagógica, se
incluyan desde tempranas edades, temas de psicología, y entre ellos insistir
sobre todo, en los que protegen las vidas.
Cuanto antes, para que las personas
desde pequeños, vayan conociendo los perfiles psicológicos de la gente
violenta, de los acosadores, tanto de los asesinos de la violencia doméstica y
de género, de los que practican el acoso laboral (mobbing), los acosadores
escolares (bullying), y así de las múltiples formas de agresión psicológica y
física, para que cuanto antes las personas sepan defenderse, y cuando estén
siendo testigos, o integrantes del entramado que se forma, se actúe para
proteger a las víctimas.
¿No existe la educación vial?, ¿la educación para la
salud? Y otras tantas asignaturas… Sí, a la gente le conviene saber cuanto
antes, que a veces, desgraciadamente, las personas destructivas viven junto a
ellos, y puede ser el vecino, el compañero de trabajo o de clase, e incluso la
pareja, el que, quién sabe, tal vez hace unas horas estaba diciendo que amaba
tanto, a esa persona y que a continuación, mata…
Hasta que se llega a producir
el hecho violento que desencadena la muerte, la gente ya ha sufrido por todo el
tipo de tácticas de maltrato psicológico, Marie France Hirigoyen, en su libro
“El acoso moral”, lo explica con claridad.
El maltrato abarca abusos de toda índole, sexuales, manipulaciones,
amenazas, intimidaciones, desprecios, insultos, gritos, humillaciones, frialdad
afectiva, aislamiento; llega a ser muy grave y deteriorante para la persona que
lo sufre, puesto que se mantiene durante largo plazo y va siendo progresivo.
La
persona maltratada suele recibir estas agresiones de forma continuada. En
general si la víctima tiene una autoimagen negativa, y falta de confianza,
trata de agradar al agresor y ello alimenta el ciclo de destrucción, ya que
este se vuelve más agresivo. A veces la persona acosada se enfrenta y ello
incrementa el bucle de la violencia.
En estos casos lo más recomendable
sería establecer unas condiciones y si no se cumplen tratar de alejarse lo más
posible de la pareja; a veces por sus características de baja autoestima, les
es muy difícil, por ello necesitan terapia psicológica para poder superar la
dependencia emocional del agresor.
Esta etapa de destrucción psicológica, es
fácil que se suceda por otra con violencia física, como en el caso de María
Isabel Fuentes Fernández, y otros similares que vienen ocurriendo desde hace
años, según fuentes consultadas, este sería en lo que va de año el número 14.
Precisamente es cuando se desata en el agresor el componente violento, y que se
va incrementando en un proceso de total destructividad, la gravedad de la
situación, hasta que llega el asesinato.
Desgraciadamente tiempo antes de
llegar al fin, ya ha habido muchas veces
en las que el agresor pide perdón y realiza múltiples promesas de que ya no
volverá a ocurrir, mostrando un aparente remordimiento, le hace algún detalle,
regalo etc. y con ello su arrepentimiento le parece creíble al agredido...(SIGUE)...