lunes, 9 de diciembre de 2013

TU FUERZA INTERIOR / YOUR INNER STRENGHT (I)





LA ENFERMEDAD Y LA VIDA
           
DESCUBRIENDO LA FUERZA INTERIOR

Las situaciones dramáticas y los grandes retos pueden verse como un nuevo comienzo. Esa perspectiva ayuda a aceptarlas y a movilizar nuestros mejores recursos. Como consecuencia de una adversidad, muchas personas consiguen sobreponerse y sacar lo mejor de sí mismas, miles de historias de vidas dignas de admirar. Gente que se enfrentan al diagnóstico de una enfermedad con entereza, personas que tras sufrir traumas son capaces de salir adelante y de ser felices, individuos que convierten un acontecimiento doloroso en un impulso para ser mejores.

Son ejemplos vivos de autosuperación, los milagros que ocurren cada día, vidas que nos fascinan y conmueven porque nos recuerdan que el ser humano tiene capacidad para sobreponerse a los golpes del destino.

Lukas (1986), presenta su enfoque logoterapeútico sobre el sufrimiento inevitable, diciendo que :

Ante un evento dramático, se nos presentan dos opciones: podemos cambiar la situación, o no. Como se recomienda desde el enfoque logoterapéutico, se obtiene mucha energía a través de la "fuerza desafiante del espíritu" humano.
Si no se hace nada, se experimentan sensaciones de futilidad, culpa, fracaso, y estamos infligiéndonos a nosotros mismos un "sufrimiento innecesario".
Cuando no se puede cambiar la situación, se puede adoptar una actitud positiva, encontrando satisfacción a través de los valores que genera el afrontar el dolor.
Si se posiciona uno en una actitud negativa, se experimenta rabia contra el destino, ansiedad y desesperación, generándonos a nosotros mismos más sufrimiento.


Para Guttmann (1997), la "tríada trágica" de la existencia: “sufrimiento, culpa y muerte”, en función de la actitud con que la afrontemos también hay oportunidades para encontrarle un sentido a la vida.

Frankl (1998) menciona al filósofo Max Brod que diferenciaba entre sufrimiento noble y no noble. El "noble" sería el que no puede ser evitado o modificado. Entonces, dice Frankl, hay que transcenderlo, trasformarlo en "una realización personal... que es la realización más elevada posible del hombre". Eso es lo que Frankl llama trasformar una tragedia en un triunfo personal, dando testimonio de lo mejor del potencial humano.

A pesar de no ser nueva la idea de que el sufrimiento puede convertirse en una experiencia de desarrollo, es rechazada por la mayoría de las personas.

Un ejemplo de la experiencia de superación, lo tenemos en Ernesto Sábato, al hablar de la muerte de su hijo, según sus palabras: "Paradójicamente, la muerte de mi hijo me llevó a una necesidad visceral del sentido de la vida absoluta. Y el dolor me entreabrió a la esperanza".

No es propugnar una búsqueda intencional del sufrimiento sino una aceptación de que éste es una experiencia fundamental e inevitable de nuestra existencia. Lo que podemos hacer es activar nuestra capacidad de "transformar la experiencia". Como proponía Remen (1993): "La experiencia común es la de que la enfermedad y especialmente las enfermedades graves, generalmente se caracterizan por el miedo, la ansiedad y la pérdida. Pero, esto no es el único resultado posible. Si aceptamos la capacidad natural de las personas para aprender y evolucionar, entonces los antiguos enemigos del hombre - el sufrimiento y la enfermedad - adquieren el potencial de ampliar esa capacidad, transformándose en una oportunidad y no solamente en una desgracia".

Para esta autora, el hecho de que podamos transformar las experiencias, hasta las más dolorosas, es una de las características más marcadas del ser humano. Muchos autores la han mencionado ya. Una de ellos es Florence Nightingale, que afirmaba: "Lo importante no es lo que nos hace el destino, sino lo que nosotros hacemos de él". (SIGUE...)