jueves, 9 de enero de 2014

EXCITACION SEXUAL, FROTTEURISMO / SEXUAL EXCITATION, FROTTEURISMO


Se deriva de la palabra francesa “frotter”,  la traducción es “rozar”. Frotarse y rozar contra el cuerpo de otra persona intentando disimularlo y pasar desapercibidos. Se trata de un tipo de vivencia, que forma parte de los comportamientos relacionados con lo sexual, donde el cúlmen de la excitación no es copular, sino otro tipo de experiencias, y se denominan parafilias.

Quien practica el froteurismo, tiene la imperiosa necesidad de excitarse y suele frecuentar lugares abarrotados de gente para así conseguir sus fines, excitarse sexualmente rozando con sus genitales a otras personas, bien en sus partes eróticas o en otras cercanas, procurando que la víctima no se dé cuenta, aunque a veces se acercan demasiado y la gente puede notar que le rozan pero al haber tanto público lo atribuye a algún empujón inocente, o no.

Las víctimas suelen dudar de la intención del sujeto. También el froteur procura tocar con disimulo a la víctima en sus partes o en zonas del cuerpo que puede, manoseando. 
Ello también les produce una gran excitación, llegando a unos niveles instantáneos de erotismo muy altos y produciéndoles una vehemente necesidad de sexo. Lo frecuente es que a veces se masturban a continuación, en el primer baño que localicen en la zona, o la sensación y memoria de los contactos o roces vividos se les mantiene hasta encontrar el lugar idóneo.
En general, para conseguir rozar a la presa acostumbra a acudir a lugares masificados, cines, conciertos, discotecas, centros comerciales y deportivos, autobuses y transportes públicos en general. 
En las celebraciones religiosas, iglesias, procesiones, colas, calles donde circula mucho público..., todos los lugares donde pueda haber masificaciones, son atractivas para llevar a cabo su obsesión y pasión.
Son conscientes de ello y se dan cuenta de las limitaciones que tienen para desarrollar y aplicar su potencial sexual, y ello les genera ansiedad y preocupación. 
Pueden pasar años hasta que van a terapia y por fin a veces se deciden a solucionar sus problemas.
En consulta se observa su timidez e inmadurez para las relaciones humanas adultas, falta de confianza y mucha inseguridad, falta de autoestima y una imagen de sí mismos muy negativa, a lo cual además hay que sumar la consciencia de enfermedad que aportó la propia parafília, de autopercibirse como anormales.

A la hora de practicar la sexualidad con personas cara a cara, en el encuentro entre adultos, les suele ser dificultoso. Otras veces son personas que están viviendo en pareja, y/o casados y aparte necesitan satisfacerse de esta forma.

Si bien algunas investigaciones sugieren que la mayoría se encuentran en el rango de edades entre unos quince a veinte años, la realidad es que si no lo superan permanece siempre, de hecho abundan los mayores que lo practican.

Van paseando por las zonas donde se encuentren los lugares de aglomeraciones y se lanzan allí como pueden, suelen ser hombres, llevan su mochila o bolso como escudo para en caso de ser descubiertos y  disimular como si el roce se produjo con el bolso.

Sus ropas preferidas son pantalones de tela finita y sin ropa interior, y llegado el momento no discriminan quién es la persona a quien le están rozando, si es mujer, hombre, aunque prefieren a las mujeres.

Los tipos predominantes, van desde el que exclusivamente utiliza el frotismo como su única vía sexual. 
Otros practican el frotismo y aparte tienen relaciones con su pareja, y los que lo utilizan como un tipo más de excitación sexual. 
Y dentro de esto hay variaciones, los menos exigentes y se rozan en cualquier persona y otros en determinadas circunstancias y según qué tipo de características observen en las mujeres.

Sí es evidente su incapacidad y escasa soltura para construir relaciones y conseguir un tipo de intimidad adulta y madura donde se llegue a cultivar la relación de pareja y ambos puedan participar y elegir.