El cuerpo y la mente forman un conjunto, una entidad, las personas son seres neuro-bio-psico-sociales-espirituales y nada del ser, de la persona, escapa a las influencias de los otros componentes. Cuando el cuerpo enferma es la señal de que las creencias, o valores, o actitudes, o algún comportamiento a algún nivel conviene cambiar, algo no está yendo de la forma apropiada para la evolución y crecimiento de la persona que lo vive. Para sentir la salud en su totalidad y así seguir creciendo para no permanecer estancados.
Los dolores de cabeza en muchos casos están acompañados de alta tendencia a la autocrítica, la creencia de que uno no vale, no sirve y no puede. A ello se puede añadir también el que la persona esté yendo en su vida por caminos equivocados, lo que está realizando no tiene nada que ver con lo que realmente le place y quiere o desea. Dentro de su ser sabe que está perdiendo la vida, la suya y se siente obligado a trabajar o vivir de una forma diferente a lo que realmente le daría placer y satisfacción, a lo que es lo suyo como derecho propio.
En algunos casos de personas que se separan y se alejan de la persona con la que vivían, o dejan un trabajo en el que diariamente les dolía la cabeza y tenían que tomar medicación fuerte para ello, una vez que abandonan esas circunstancias y su vida cambia, repentinamente se va el dolor de cabeza, y tan contundente es este asunto que sanan de un día para otro¡¡¡.
El caso de otra estudiante que a la vez que se formaba en la carrera musical, su preferida, tenía que seguir los estudios académicos oficiales, sufría diariamente dolores de cabeza. Al dejar en un segundo plano los estudios académicos para llevarlos sin prisa, y dedicarse más exclusivamente a su pasión, la música, prácticamente ya no tiene dolores de cabeza¡¡¡.
A las personas que sufren esta circunstancia de los dolores de cabeza, y naturalmente hayan realizado las exploraciones aconsejadas por su médico para descartar otros factores, les conviene y mucho:
Comenzar a aprobarse, a dejarse de criticar, a abandonar los caminos no deseados e ir hacia otros donde sí fluyan con su auténtica vocación y elecciones en la vida sin estar sometidos a actividades, personas o contextos para ellos indeseables.
Como sugerencia les conviene empezar a quererse y aprobar lo que son y lo que hacen, sin juicios ni críticas. Dejar de obsesionarse con la perfección y aceptarse en su totalidad.