El tono de voz es un tipo de radiografía emocional que los oyentes procesan del emisor, de forma consciente e inconsciente.
Cuando la persona se expresa, además de los contenidos del lenguaje, cómo es la exposición, la inteligencia con la que habla, si se queda en muchas explicaciones, se va por las ramas, es concreto, temas de interés, es criticón, razona, etc..., la persona que a su vez posee también unos sentimientos, emociones y vivencias, los plasma en los matices y tono de voz.
Las vibraciones emocionales de la voz, transmiten cantidades de información de su propietario. Alegría, pena, tristeza, vitalidad, energía, pesimismo, entusiasmo, si se es comedido, explosivo, amor, pasión, acción, pasividad, desencanto, motivación, energía, seguridad, autoestima, consistencia, fragilidad... Y así múltiples tonos emocionales que probablemente van más allá de lo que la persona hablante cree.
La voz es como la imagen del sonido, el olor, color y sabor, es la vibración de todo el ser plasmado en su expresión. Y descubre tanta información que en ocasiones va más allá de lo que el emisor deseara delatar de él mismo.
Por ello cuando se trata de cuidar una presentación para solicitar un empleo, en la pareja, en las relaciones humanas, siempre conviene trabajar el interior. Cuando se trata de crecer y evolucionar desde el núcleo, desde el ser central, todas las dimensiones de esa persona fluirán y se transformarán, todo el ser, incluida la voz y todo lo demás, se despliega, todo el potencial en acción.
A veces hombres y mujeres que pasan horas esforzándose para gustar en centros deportivos, y eso es necesario, en centros de estética, y eso también, comprándose ropa y cuidando sus apariencias para conseguir sus objetivos, les conviene tener en cuenta y mucho su ser interior. Eso es lo prioritario, porque guste o no, se va a ver.
La voz es la tarjeta de presentación para la persona que escucha, y más allá de los contenidos de lo que diga, está todo el ser en movimiento expresándose. Una señorita trabajando con todo su interés en seducir, cuidando todo su aspecto externo, si a la hora de hablar muestra características vocales como tristeza, pena, amargura, dolor, desmerecerá todo su aspecto. Y lo mismo un hombre que intenta parecer lo mejor y hacer lo mejor, si al hablar se muestra con una personalidad negativa, con falta de autoestima y confianza, anuló sus trabajos y esfuerzos previos para conseguir sus metas.
Todas estas características de personalidad, al quedar desveladas por la voz, le servirán al interlocutor ya que su inconsciente lo capta. Por ello conviene y mucho estar atentos al ser central, ahí están las claves. Si lo deseas llegarás lejos, y es un camino seguro.