En la realidad cada persona es un mundo y un niño se puede convertir en
violento cuando confluyen varios factores a lo largo de su recorrido vital. Además de lo mencionado ayer, suelen
contribuir también para desarrollar una personalidad violenta los siguientes
factores, aunque no siempre. Las personas no son matemáticas, a unos les puede afectar seriamente y a otros no tanto. Aunque si son factores que también se aprecian en los jóvenes violentos.
-Padres estresados por la vida, el trabajo y muchas responsabilidades y que no dedican tiempos para atender a los hijos. Y en ocasiones repercute en ellos como no sintiéndose queridos. No han tenido un tiempo de forma más o menos continuada para estar presentes en la vida del hijo.
-Padres que a su vez proceden de familias desestructuradas y no llegaron a desarrollar una personalidad mínimamente equilibrada y ello modifica y trastorna las interacciones con los hijos.
-Padres con problemas psicológicos y psiquiátricos sin tratar que no conciban las diferentes realidades del "yo" y el "tu".
-Padres con un grado de narcisismo que traten al hijo de "sujeto a objeto" y no de "sujeto a sujeto".
-Situaciones de la vida en la que los niños se han visto tratados con violencia, y/o han sido castigados brutalmente o de formas muy injustas.
-Separaciones dramáticas que utilizan a los hijos para vengarse del otro progenitor.
-Y en general los que han sido víctimas de abusos de todo tipo y víctimas de violencia y guerras.
De todas estas vivencias, hoy se sabe que intervienen en las vidas de los niños y son factores de sufrimiento que les vuelven más vulnerables psicológicamente y cuando confluyen varios en la misma persona pueden ejercer la presión suficiente para desestructurarles y convertirles en personas violentas y/o con enfermedades psicológicas.
-Padres estresados por la vida, el trabajo y muchas responsabilidades y que no dedican tiempos para atender a los hijos. Y en ocasiones repercute en ellos como no sintiéndose queridos. No han tenido un tiempo de forma más o menos continuada para estar presentes en la vida del hijo.
-Padres que a su vez proceden de familias desestructuradas y no llegaron a desarrollar una personalidad mínimamente equilibrada y ello modifica y trastorna las interacciones con los hijos.
-Padres con problemas psicológicos y psiquiátricos sin tratar que no conciban las diferentes realidades del "yo" y el "tu".
-Padres con un grado de narcisismo que traten al hijo de "sujeto a objeto" y no de "sujeto a sujeto".
-Situaciones de la vida en la que los niños se han visto tratados con violencia, y/o han sido castigados brutalmente o de formas muy injustas.
-Separaciones dramáticas que utilizan a los hijos para vengarse del otro progenitor.
-Y en general los que han sido víctimas de abusos de todo tipo y víctimas de violencia y guerras.
De todas estas vivencias, hoy se sabe que intervienen en las vidas de los niños y son factores de sufrimiento que les vuelven más vulnerables psicológicamente y cuando confluyen varios en la misma persona pueden ejercer la presión suficiente para desestructurarles y convertirles en personas violentas y/o con enfermedades psicológicas.