En las parejas cuando la mujer sufre anorgasmia, suele tener unas repercusiones importantes, de ahí el peligro potencial que se les presenta, ya que puede ser el fin.
La mujer siente un importante descontrol, en realidad desearía otro resultado más gratificante y las relaciones íntimas les producen una gran frustración. Suele sentirse muy mal, porque no pueden estar a la altura de lo que se espera, y amando a su pareja, lamentan la situación, temen por el futuro y sufren el resultado.
Desde el punto de vista del hombre, y desde los propios esquemas cognitivos que ellos se elaboran, también lo pasan muy mal ya que creen que a ella no le gustan lo suficiente, y en ocasiones se acomplejan al no sentirse capaces de darla placer.
Si para el hombre, un factor esencial de placer en el proceso de la intimidad sexual, es sentir como son capaces de llevar al éxtasis a la mujer, cuando tienen relaciones con una pareja que sufre de anorgasmia, les repercute como fracaso en sus fines, transportándoles a una situación sin retorno, y fuera de su alcance, donde su empeño y habilidades no producen resultados de vida, alegría, placer, y en concreto, el orgasmo conjunto en la pareja.
Por ello en muchas ocasiones piensan que ella no les ama lo suficiente, o que no son queridos.
En este proceso la situación de pareja se puede complicar y si no buscan soluciones, incluso puede llegar a romperse, quien sabe, tal vez alegando otros motivos, siendo el factor causal la anorgasmia.