En las parejas con amores turbulentos, la mujer también tiene su perfil alterado. Una persona con falta de amor, desde que era menor, desde que nació tal vez...
Con una baja autoestima, imagen negativa de sí misma y con terror a quedar sola, está dispuesta a tolerar en su vida cualquier situación, a personas muy patológicas y a cualquier precio.
Por un lado sufre el vivir con un psicópata, y por otro lado navega entre el terror a lo que pueda hacerla si le deja y se separa, o si da el paso y se queda sola, porque no siente que nadie la apoye, la comprenda, la ayude.
Llegados a esos límites de dolor, ya conoce de su pareja perfectamente cómo actúa, ya ha sido víctima de una violencia y dominio, ya ha quedado paralizada por el horror de descubrir que no era el seductor del inicio, sino el encolerizado agresor que estalla gritando con insultos por cualquier detalle, sin motivo.
Son mujeres con alto grado de masoquismo, están acostumbradas a conocer la parte más oscura de la vida, siempre se han sentido víctimas y en parte ahora, se sienten identificadas con ese rol, a sufrir una vez más...
Y es la acomodación a ese víctimismo y sufrimiento, lo que les impide ilusionarse con una nueva vida, coger la puerta y desaparecer. Es la paralización del miedo. Y sobre todo ahora son ya las amenazas: ella ya ha escuchado palabras como "me suicido", o "te mato"...
Y ante esa contundente mirada de violencia, pronunciando la muerte, ha asumido la parálisis, lo mejor es no moverse, no enfadar al ogro. Lo peor es que desconoce que cuanto más sumisión por su parte, en él producirá más agresividad, más violencia...
Ella...ahora descubre con un frío helador ...que vive en una jaula mortal...ya es demasiado tarde...!...por su mente pasa la muerte con demasiada frecuencia, y ahora sí piensa que puede ocurrir...cuando menos lo espere...