Una sensación de angustia y ansiedad que sufren algunas personas cuando se encuentran en espacios que sienten con escasas dimensiones y/o cerrados. Otras veces aunque no sean los espacios tan reducidos, sí los perciben así, como si lo fueran.
Les falta aire, lo viven como si se ahogasen, se les empiezan a acelerar el ritmo cardíaco, incremento de la frecuencia respiratoria, sienten como mareos, y creen que se van a morir, todo un cuadro de ansiedad.
No siempre han pasado por experiencias dramáticas, en el sentido de quedarse atrapados, a veces lo han observado en otras personas, en la realidad o en películas.
Y sufren tanto solo con imaginarlo que modifican los planes y las rutas normales por las que habían de transitar, antes de encontrarse en esas situaciones que les dan tanto miedo.
En algunas personas es más concreto, como ascensores, espacios reducidos, y en otras es cualquier lugar en el que suponga un cerramiento aunque sea por corto espacio de tiempo, como cines, discotecas, viajar en coche.
Y desde el mundo de los significados psicológicos, a veces las personas de forma inconsciente, les sienta fatal algún contexto, marco o espacio psicológico, en el que no puedan expresarse y actuar de forma más independiente, en los que se sienten juzgados y criticados por todo y lo evitan, porque en su ser lo perciben como agobiante, sofocante y que les coarta su libertad de expresión.
En tantas ocasiones que teniendo un trabajo, relaciones familiares o amigos, esas personas que se sienten así de limitadas, se las arreglan para producirse un autosabotaje, y acabar con esos escenarios. Enferman, no lo soportan y se deshacen de ellos.
Los distanciamientos familiares, las separaciones de parejas, las rupturas entre amigos, en múltiples ocasiones se deben al sentimiento de la falta de aire que siente una persona, viviendo cerca de la forma de ser de otr@s.
En general como en otras patologías de la ansiedad, la terapia psicológica suele dar resultados satisfactorios.