Las víctima del mobbing son en general, personas responsables, trabajadoras, que disfrutan de su trabajo, y de las cosas sencillas de la vida.
Son nobles y buena gente. A veces demasiado confiadas, por ello no tienen reparos en compartir su intimidad con el agresor, o agresora. Creen que todo el mundo es como ellos, y ante la seducción que ejerce el narciso perverso, el agresor, es fácil que se sientan cómodos y confiados. Hablan demasiado, y dan demasiado.
La víctima cuenta su vida, y el acosador va tomando nota de todo, todas las confidencias se convertirán en posibles flechas envenenadas que en el momento en el que se inicia el proceso de acoso, irán de vuelta hacia su corazón.
Por ello la víctima no acaba de entender cómo una persona que había sido tan amable con ella, hasta hace poco, ahora se convierta en alguien lleno de furia y descargando contra ella, la mayoría de las veces de forma muy sutíl y sibilina.
No comprende, como puede ser que si eran amig@s hasta hace poco, ahora pone a todo el mundo en contra, miente, difama, oculta información, la pone trampas...Y así entra en un grado de perplejidad que impide a la víctima defenderse, sumado a la escasa autoestima y seguridad.
El agresor es una persona casi siempre envidiosa, que desata gradualmente un odio, contra la persona que sí está observando como más feliz.
El acosador no soporta tener cerca a una persona, como la víctima que tiene una vida en la que disfruta, que tiene su "yo" más o menos equilibrado. En el fondo es eso lo que envidia, el "yo" que no ha conseguido desarrollar.
La víctima a su vez, con la escasa confianza y seguridad, está ofreciendo inconscientemente al agresor, un escenario vulnerable, es la fragilidad que percibe el agresor, la que servirá para comenzar el proceso de destrucción.
Esa brecha de autoestima y seguridad es por donde penetra el acosador, y por donde consigue ir haciendo que la víctima se sienta culpable, marginada, humillada y sometida, sin saber en realidad porqué. Sintiéndose totalmente bloqueada y atada, llena de temores y sin horizontes, hundida.
Llegan a dudar de su salud mental, muchas piensan que están locas, otras se deprimen, algunas piensan en suicidarse, y en general la mayoría tienen angustia, fobias y depresión...(SIGUE)...