sábado, 18 de abril de 2015

RELACIONES FELICES / HAPPY RELATIONSHIPS (II)



Cuando en el amor de pareja se está viviendo con armonía, fluyen en las dos personas que la integran otras condiciones psicológicas muy favorables.

Y la satisfacción de compartir el amor saludable y sin amenazas ni temores, disfrutando del aquí y ahora, crea un estado de felicidad. Al aceptarse uno tal como es, con sus defectos y limitaciones, entiende y comparte también los del otro. 

Y así la otra persona se siente cómoda porque no tiene que ser perfecta cada día, ni demostrar nada, ni tener cuidado con ser espontáne@, y su vida se desarrolla sin preocupación, ser y punto.

En las relaciones donde se obligan al amor de por vida, cuando los humanos ni siquiera saben a veces que será de su futuro o los cambios de su psicología pasado el tiempo, puede convertirse en un compromiso, en parte falso. Sienten que lo acatan, por miedo, y permanecen con las reservas.

Mientras en el amor más feliz, del aquí y ahora el "sí mismo", se siente más liberado y agradecido a la pareja por tener el espacio para su "propio yo". Van generando su convivencia, solucionando los desafíos y disfrutando de su amor.

Otra situaciones muy satisfactorias y distanciadas de lo amenazante, es cuando comparten la pasión y el bienestar y se han liberado de presiones y exigencias del romanticismo dependiente.

En esa era, los amores pasaban por alto la propia naturaleza psicológica para convertirse en la fusión, que era la psicopatología dependiente: "eres todo para mí", "sin ti no soy nada", "sin ti me muero".

El apoyo a los proyectos diferentes que el otro tenga, a la vez que se comparten aficciones comunes, va favoreciendo las vidas de ambos.

Y las relaciones así, felices, aprendieron a dar y ofrecer en lugar de exigir, a aportar y compartir en lugar de imponer.