Tomando las referencias del Dr. John Moore, el amor obsesivo, implica un proceso de cuatro fases:
En la fase de atracción, la inicial, surge una atracción fuerte y repentina hacia otra persona, prácticamente sin conocerla. Como si implicara una química arrebatadora e irrefrenable. Se creen que llegó el amor de su vida, incluso sin conocer a esa persona.
En la fase ansiosa, desarrollan un fuerte miedo a perderl@, al abandono, con importantes celos. En este proceso de ansiedad, tienen la imperiosa necesidad de estar continuamente en contacto. El estado ansioso genera sentimientos como depresión, ira, tristeza, celos. Y vive con frecuencia en estados emocionales muy extremos.
Es tal el miedo y la ansiedad que sienten a veces, que desean controlar a la pareja, intentando apartar todas las relaciones. Cuando la pareja es consciente del control y lo rechaza, puede desencadenar el acoso y maltrato psicológico en el otro.
Cuando llegan a la fase obsesiva, pierden el control, ni escuchan ni atienden a las demandas de la pareja, están fuera de sí, y con la obsesión, no pueden dejar de pensar en la pareja. Llamadas, mensajes, apariciones imprevistas, acompañamiento a los lugares a dónde va, y en general necesita saber siempre todo lo que hace y con quién habla.
En la fase obsesiva, disminuye su productividad laboral, y pueden tener problemas en las relaciones sociales.
Puede llegar a comportamientos violentos con maltrato emocional y físico.
Y en la cuarta fase, la persona obsesionada se deprime, con deseos incluso de suicidarse. Sin autoestima, culpas y odio hacia sí misma, con ira y rabia, deseos de venganza, y también de acudir a las drogas y alcohol. Destruye la relación.
(Confusing love with obsession, Dr. John Moore).