El estudio de la fusión de identidad, pertenece al campo de la psicología de los grupos, dentro de la psicología social. LeBon en 1985, ya hablaba de las personas en relación a los grupos como "contagio mental", o "susceptibilidad".
Freud en 1921, sugiere la "identificación" mediante los lazos afectivos. O McDougall, 1921, el "sprit de corps", que señala la fusión de la autoconsciencia grupal con el sentimiento de pertenencia y vinculación al grupo.
Y es en la teoría de la identidad social, con Tajfel y Turner (1979, 1984), y la teoría de la categorización del yo de Turner, donde surgieron unas referencias bastante influyentes.
En algunos sujetos ocurre que se identifican tanto con el grupo que hasta llegan a fusionarse, tienen un fuerte compromiso con el grupo, y ellos se sienten a la vez muy apoyados y muy crecidos y fuertes. Es tal esa fusión que sienten la necesidad de luchar por el grupo a toda costa, es un sentimiento visceral que les lleva a sacrificarse e incluso a realizar conductas extremas.
El grado de fusión de identidad se convierte entonces en un fuerte predictor de los comportamientos de defensa del grupo, extremos que llegan hasta sacrificar su propia vida.
A ello se llega a través de un proceso de confluencia entre la persona y el grupo, hasta alcanzar un grado de equivalencia funcional. LLegados a ese compromiso, el yo del sujeto se crece, se proyecta en el grupo y su yo se potencia.
Eso induce y justifica conductas extremas por parte del sujeto en pro del grupo, y mediadas por una percepción de excitación e invulnerabilidad.
El tamaño del grupo con el que se fusionan puede ser desde la familia o amigos, hasta local, o nacional.
Desde esta perspectiva, de la psicología social, se explican múltiples comportamientos extremos, en los cuales las personas incluso sacrifican su vida por el grupo.
Freud en 1921, sugiere la "identificación" mediante los lazos afectivos. O McDougall, 1921, el "sprit de corps", que señala la fusión de la autoconsciencia grupal con el sentimiento de pertenencia y vinculación al grupo.
Y es en la teoría de la identidad social, con Tajfel y Turner (1979, 1984), y la teoría de la categorización del yo de Turner, donde surgieron unas referencias bastante influyentes.
En algunos sujetos ocurre que se identifican tanto con el grupo que hasta llegan a fusionarse, tienen un fuerte compromiso con el grupo, y ellos se sienten a la vez muy apoyados y muy crecidos y fuertes. Es tal esa fusión que sienten la necesidad de luchar por el grupo a toda costa, es un sentimiento visceral que les lleva a sacrificarse e incluso a realizar conductas extremas.
El grado de fusión de identidad se convierte entonces en un fuerte predictor de los comportamientos de defensa del grupo, extremos que llegan hasta sacrificar su propia vida.
A ello se llega a través de un proceso de confluencia entre la persona y el grupo, hasta alcanzar un grado de equivalencia funcional. LLegados a ese compromiso, el yo del sujeto se crece, se proyecta en el grupo y su yo se potencia.
Eso induce y justifica conductas extremas por parte del sujeto en pro del grupo, y mediadas por una percepción de excitación e invulnerabilidad.
El tamaño del grupo con el que se fusionan puede ser desde la familia o amigos, hasta local, o nacional.
Desde esta perspectiva, de la psicología social, se explican múltiples comportamientos extremos, en los cuales las personas incluso sacrifican su vida por el grupo.