Son múltiples. Entre ellas, una predominante, y es que la gente se siente cansada, agotada, sin energías.
Cuando la gente vive entre muchos objetos, muebles, ropas... y mucho desorden, se suelen angustiar, parece que su mente tiene que arrastrar el peso de tantas vivencias y gran acúmulo de datos en su mente, y como si lo tuviera que vivir todo en cada presente. Un agobio.
Es curioso cómo el exceso de objetos, los espacios llenos absorben las energías de las personas y estas sobreviven aletargadas, y con su energía altamente contaminada, no pueden con tanta toxicidad en su entorno...!
Y de la misma forma que la gran acumulación resta potencial, el hecho de ir vaciando y ordenando, devuelve el poder a la vida.
Al organizar los espacios y liberar de todo lo que no sirve, o no gusta, o no es útil y está ocupando muebles, que se convierten en inútiles, los sujetos de nuevo comienzan a sentir una gran vitalidad.
Incluso cuando empiezan a ordenar, van sintiendo cada día más fuerza para seguir ordenando. Hay personas que deciden desprenderse cada día de algo. Recuerdos, materiales, libros, útiles de cocina, ropas, cualquier objeto que esté allí, desde hace tiempo, y al que una decisión de despejar el espacio, lo cambió de sitio.
O bien si se conserva de forma óptima regalarlo, donarlo a asociaciones de caridad, o en otro caso tirarlo directamente.
Una reacción curiosa de la gente cuando va cambiando hacia el orden, es lo que les ocurre:
"Antes siempre encontraban razones para guardarlo y mantenerlo en casa. Y ahora enseguida encuentran motivos para desprenderse". Y es que la "mente", siempre circula en la dirección que la pongas...(SIGUE)...
Cuando la gente vive entre muchos objetos, muebles, ropas... y mucho desorden, se suelen angustiar, parece que su mente tiene que arrastrar el peso de tantas vivencias y gran acúmulo de datos en su mente, y como si lo tuviera que vivir todo en cada presente. Un agobio.
Es curioso cómo el exceso de objetos, los espacios llenos absorben las energías de las personas y estas sobreviven aletargadas, y con su energía altamente contaminada, no pueden con tanta toxicidad en su entorno...!
Y de la misma forma que la gran acumulación resta potencial, el hecho de ir vaciando y ordenando, devuelve el poder a la vida.
Al organizar los espacios y liberar de todo lo que no sirve, o no gusta, o no es útil y está ocupando muebles, que se convierten en inútiles, los sujetos de nuevo comienzan a sentir una gran vitalidad.
Incluso cuando empiezan a ordenar, van sintiendo cada día más fuerza para seguir ordenando. Hay personas que deciden desprenderse cada día de algo. Recuerdos, materiales, libros, útiles de cocina, ropas, cualquier objeto que esté allí, desde hace tiempo, y al que una decisión de despejar el espacio, lo cambió de sitio.
O bien si se conserva de forma óptima regalarlo, donarlo a asociaciones de caridad, o en otro caso tirarlo directamente.
Una reacción curiosa de la gente cuando va cambiando hacia el orden, es lo que les ocurre:
"Antes siempre encontraban razones para guardarlo y mantenerlo en casa. Y ahora enseguida encuentran motivos para desprenderse". Y es que la "mente", siempre circula en la dirección que la pongas...(SIGUE)...