Cada persona es un mundo, y en cada caso conviene escuchar el tipo de experiencias y vivencias limitantes que tuvo, que le llevaron a convertirse en lo que es.
Un objetivo de la terapia es que superen los temores al rechazo y al abandono.
Identificar el tipo de creencias y pensamientos que tienen estas personas que les llevan a actuar tratando de contentar a las personas de su entorno, esperando de ellos la aprobación, el cariño y el afecto.
Ayudarle al paciente a que sea consciente del conjunto de emociones y sentimientos acumulados a lo largo de su historia, que le marcan e influyen para acabar sometidos.
Diferenciar hasta qué punto siente la necesidad de controlar al otro, y a pesar de las ayudas que le brinda, trata de ser imprescindible y así tomar parte en ese control.
A veces estas dos necesidades se superponen, control y dependencia. Es cierto que al ayudar, también espera que el otro tenga una deuda con él y así cree que no puede ser abandonado.
Entrenamiento en derechos asertivos, que le permitan conocer cómo defender su espacio y sus derechos como persona.
Desarrollar habilidades sociales e interpersonales, para que supere su baja autoestima.
Ayudarle a incrementar la confianza en sí mism@, y que mejore su autoimagen.