Algo esencial en la vida de cualquier persona, es centrarse y prestar atención a lo que sí les importa, lo que tiene un valor central para sus vidas.
Y precisamente cuando esas personas están viviendo en contextos desordenados, con escasa o baja energía, les absorbe un espacio mental precioso que podían dedicarlo a crecer, evolucionar, trabajar con más claridad...
Y sobre todo con la libertad de ser consciente y decidir sobre lo que es importante para ellos.
El primer paso para ponerse en marcha, ponerse a organizar el lío del desorden, es entender cómo la gente fue acumulando todo ello. Qué razones les llevaron a vivir así.
Es probable que hayan sido los temores, los significados equivocados, la necesidad de perpetuar aspectos del pasado, sin tener en cuenta que la mayor calidad de vida está en el aquí y el ahora.
La falta de confianza en el presente y el futuro, y el escaso entendimiento de lo que significa fluír. Cuando todo lo que te pertenece, requiere de alguna forma que le presten atención, si en tu vida hay un exceso, y encima escasamente organizado, serás esclavo de ello.
Diferencia y clarifica: tus cosas te pertenecen, o en cambio perteneces tú a las cosas...!