En general cuando se habla de prevención, conviene comenzar a educar desde la infancia.
Es en las familias donde los niños observan los comportamientos de los adultos y aprenden con el ejemplo.
Puede afirmarse que los niños educados en "la confianza en sí mismos" que se haya cultivado su autoestima, con una imagen de sí mismos saludable, y un autoconcepto positivo, van a disfrutar durante su vida de unos mecanismos de autorregulación y equilibrio psicológico frente a los desafíos y problemas que traiga la vida.
Y por ello, existen muchas probabilidades de que sus desvaríos frente al sufrimiento, tengan menor impacto sobre ellos, y sobre todo sabrán manejarse en el amor, donde todos importan y todos se benefician. No en los como los de este síndrome, donde uno tiene que hacer todo el esfuerzo para sentirse querido.
Y es también en la etapa evolutiva de los primeros años, donde los niños asimilan los roles de su familia y su entorno. Hasta hace poco, y en muchos hogares aún hoy en día, son las mujeres las que se dedican a los cuidados, mientras los hombres dedican su esfuerzo a las aficiones propias.
Incluso las madres de familia, salvando excepciones, le exigen más tareas del hogar a las niñas, y a los niños se les permite que jueguen.
Desde pequeños interesa que los niños observen un tipo de patrones que se muevan por valores de la igualdad, ya que así en el desarrollo de la sociabilidad y personalidad, asumen un tipo de comportamientos en los que se respete a los seres humanos como personas que son, independientemente sean hombres o mujeres...(SIGUE)...