Las personas que sufren adicción a las compras, tienen pensamientos intrusivos y se dan a ellas mismas múltiples razones que le llevan a comprar, como para autoconvencerse de que lo necesitan.
Aspecto este que no suele ser cierto, ya que en casa puede que tengan los armarios llenos.
A veces progresivamente van adquiriendo algunos objetos, detalles que van en aumento, hasta que se instaura la verdadera adicción, unas veces por ver si allí hay algo que se necesita.
Otras por ver que ha venido de nuevo para la temporada. Si tienen algo en oferta, incluso se justifican buscando algo que ya tienen pero en otro color.
En general hay personas que tienen el impulso de comprar diariamente. Aunque lo más frecuente suelen ser tres o cuatro veces a la semana. O depende, según su estado de ánimo.
Acuden a lugares de tiendas, donde sienten importante excitación, ansiedad y deseos de comprar.
A la vez sienten una lucha entre comprar y deseos de resistirse. Siendo más fuerte el deseo de comprar y las razones que se dan para ello, les acaban convenciendo.
Una vez realizada la compra, se calma momentáneamente su excitación ansiosa. Y a continuación le llega el remordimiento y se desatan los procesos de culpa.
Así que finalmente la compra no es motivo de alegrías o satisfacción, sino que ese acto de comprar les complica la situación de tal forma, que no se sienten bien, ni mejora su estado de ánimo, ni disfrutan de la compra.
La persona con adicción a las compras también tiene falta de confianza, baja autoestima y trastornos en la conducta alimentaria, entre otros.
La necesidad de comprar se acompaña de momentos bajos, con estados emocionales de frustración, tristeza, enfado, rabia. Sentimientos negativos que la persona no ha aprendido a manejar de otra forma más favorable para ella.
También suelen ir de compras cuando están alegres para celebrar esos momentos. Y es así que las compras se convierten en una adicción.
No se compra para adquirir lo que se necesita, sino para satisfacer impulsos emocionales del momento. Su adicción.